El conflicto de Rusia en Ucrania, y las numerosas sanciones aplicadas por los países en la Unión Europea, ya se han prolongado más de cuatro meses. Esto con el fin de reducir el consumo y la dependencia energética de los rusos.
Todo ello no ha sido fácil, y los datos han revelado las dificultades que dichas restricciones han causado. En la Unión Europea siguen buscando nuevas fuentes de suministro, lo que ha provocado que reciban gas de Estados Unidos con más frecuencia. Tal es el caso que las cifras revelan que las compras al país norteamericano se han triplicado, y en el caso de España. Ellos se han convertido en su principal proveedor, incluso más que Argelia.
Los principales proveedores de gas del mundo
En estos momentos y desde el 2020, los datos muestran que los mayores suministros de gas en la UE han sido proporcionados por Estados Unidos y Rusia. Esto podría deberse a que en estos países Europeos se tienen requerimientos energéticos muy específicos que solo EUA y Rusia están preparados para cubrir.
Actualmente, Estados Unidos es el mayor productor de gas en el mundo, con un total de 915.000 millones de metros cúbicos en el 2020. Eso significa el 24% de la cuota mundial.
Rusia no queda muy por detrás, con un total de 638.000 millones de metros cúbicos, por lo que se queda en un segundo puesto. Los rusos producen el 17% del total de la cuota mundial.
Los países que les siguen tienen producciones que se alejan por mucho de los porcentajes antes mencionados. Le sigue Irán con 7%, China 5%, Catar 4%, Canadá 4% empatando en ese puesto con Austria 4%. Sería necesario sumar la producción de todos estos países para poder cubrir los mismos metros cúbicos de EUA y Rusia.
Esto ha dejado sin muchas opciones a la Unión Europea, ya que la producción en conjunto de Rusia y Estados Unidos representan 41%. Debido a la guerra, la UE ha dejado de ser dependiente del gas Ruso para volverse dependiente del gas Estadounidense.
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Es así como se ha revelado al mundo la gran debilidad energética, siendo obligada a la dependencia de otros países. Su única salida a este problema es acelerar a pasos agigantados la transición energética y usar energías más verdes.