En 2024, la transición energética hacia energías limpias ha alcanzado hitos significativos a nivel mundial, impulsada por avances tecnológicos, políticas gubernamentales y una creciente conciencia ambiental. Sin embargo, persisten desafíos que requieren atención para consolidar un futuro energético sostenible.
Panorama Global de las Energías Limpias
Según el informe «Global Electricity Review» de Ember, en 2023, las energías renovables representaron un récord del 30% de la generación eléctrica mundial, con la energía solar liderando este crecimiento al generar casi el doble de electricidad que el carbón. Este incremento ha contribuido a una reducción del 12% en la intensidad de carbono del sector eléctrico desde su máximo en 2007.
China se destaca como líder en energía solar, aportando casi el 36% de la generación mundial en 2023. No obstante, esta cifra representa solo el 6% de su producción eléctrica total, indicando un potencial significativo para una mayor integración de energías renovables en su matriz energética.
Situación en México
México ha establecido metas ambiciosas en materia de energías limpias. La Ley de Transición Energética (LTE) fija objetivos de participación de energías limpias en la generación eléctrica: 25% para 2018, 30% para 2021 y 35% para 2024. Sin embargo, informes recientes indican que en 2023, la generación eléctrica limpia se redujo un 8.2%, situándose en 24.3% de la generación total, alejándose de la meta del 35% para 2024.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha reafirmado el compromiso de alcanzar un 45% de generación eléctrica a partir de fuentes limpias para 2030, enfatizando la necesidad de impulsar las energías renovables y la eficiencia energética.
Desafíos y Oportunidades
A pesar de los avances, la transición energética enfrenta desafíos significativos. En México, la infraestructura energética envejecida y la dependencia de combustibles fósiles, como el carbón y el combustóleo, han dificultado el cumplimiento de las metas de energías limpias. Además, la incertidumbre regulatoria y las reformas energéticas han generado preocupaciones en el sector privado sobre la viabilidad de las inversiones en energías renovables.
Sin embargo, existen oportunidades para superar estos obstáculos. La colaboración entre el sector público y privado es esencial para financiar y desarrollar proyectos de energías limpias. Iniciativas como la alianza entre Energías Limpias de México y Quartux, que combina generación y almacenamiento de energía limpia, ejemplifican el potencial de sinergias en el sector.
Tendencias Tecnológicas
La innovación tecnológica desempeña un papel crucial en la transición energética. El almacenamiento de energía, mediante baterías avanzadas, permite mitigar la intermitencia de fuentes renovables como la solar y eólica, garantizando un suministro eléctrico más estable. Diversas empresas están implementando sistemas de almacenamiento que permiten a las industrias reducir costos y depender menos de la red eléctrica en horarios de alta demanda.
Además, la digitalización y el uso de tecnologías inteligentes en la gestión de redes eléctricas facilitan la integración de energías renovables, optimizando la distribución y el consumo de energía.
Políticas Públicas y Marco Regulatorio
El éxito de la transición energética depende en gran medida de políticas públicas coherentes y un marco regulatorio estable. En México, la Ley de Transición Energética y el Programa Especial para la Transición Energética establecen directrices claras para aumentar la capacidad instalada y la generación de energías limpias.
Sin embargo, es fundamental que estas políticas se implementen de manera efectiva y se adapten a las realidades del mercado energético. La participación activa de todos los actores, incluyendo gobiernos, empresas y sociedad civil, es esencial para lograr una transición energética exitosa.
La transición hacia energías limpias en 2024 muestra avances significativos, pero también enfrenta desafíos que requieren atención y acción coordinada. México, con su potencial en energías renovables y compromisos gubernamentales, tiene la oportunidad de liderar en la región. Para ello, es indispensable fortalecer la colaboración público-privada, fomentar la innovación tecnológica y asegurar un marco regulatorio que promueva la inversión y el desarrollo sostenible en el sector energético.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado la importancia de la inversión privada en el sector energético bajo su administración. Tras la reciente reforma constitucional que otorga al Estado el 54% de la generación eléctrica, Sheinbaum ha asegurado que el 46% restante estará abierto a la participación privada, siempre que se cumplan nuevas regulaciones diseñadas para garantizar la estabilidad y seguridad del suministro eléctrico. Entre estas reglas, se exige que las empresas privadas que generen energía a partir de fuentes renovables implementen sistemas de almacenamiento, como bancos de baterías, para mantener un voltaje constante y evitar intermitencias en la red.
Lee el artículo completo aquí: Transición Energética Global en 2024: Avances y Desafíos
Además, Sheinbaum ha destacado que, aunque el Estado mantendrá una participación mayoritaria en la generación eléctrica, la colaboración con el sector privado es esencial para alcanzar las metas de transición energética del país. Ha señalado que su gobierno está trabajando en el Plan Nacional de Energía, que incluirá directrices claras para la participación privada, con el objetivo de fomentar inversiones en energías limpias y mejorar la infraestructura energética nacional. Esta estrategia busca equilibrar el control estatal con la flexibilidad y eficiencia que puede aportar el sector privado, promoviendo un desarrollo energético sostenible y competitivo.
En México, la Ley de Transición Energética y el Programa Especial para la Transición Energética establecen directrices claras para aumentar la capacidad instalada y la generación de energías limpias.