La edición 2024 del World Energy Outlook (WEO) de la Agencia Internacional de Energía (IEA) llega en un momento crítico de tensiones geopolíticas y demanda creciente de energía limpia.
Este informe subraya cómo la seguridad energética global enfrenta desafíos debido a conflictos en regiones clave, como Oriente Medio y Ucrania, y la creciente fragmentación de los mercados. Desde 2020, se han implementado alrededor de 200 medidas comerciales restrictivas en tecnologías limpias, un número significativamente mayor que las 40 impuestas en los cinco años anteriores, evidenciando una mayor dependencia y vulnerabilidad en las cadenas de suministro de energías renovables.
Para guiar las decisiones hacia un futuro más seguro, el WEO presenta tres escenarios principales: el Stated Policies Scenario (STEPS), el Announced Pledges Scenario (APS) y el Net Zero Emissions by 2050 Scenario (NZE). El STEPS muestra una trayectoria donde la capacidad global de generación renovable alcanzaría los 10,000 GW en 2030, cerca del triple de la capacidad de 2023 (4,250 GW), aunque insuficiente para cumplir con el objetivo de la COP28. Además, el informe anticipa que fuentes de bajas emisiones, incluyendo la nuclear, generarán más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030.
China lidera el despliegue de capacidad renovable, representando el 60% de la nueva capacidad mundial en 2023. No obstante, la integración de esta energía renovable en sistemas eléctricos robustos continúa siendo un desafío, tanto para China como para otros países. Aunque el objetivo de duplicar la eficiencia energética global para 2030 reduciría significativamente las emisiones, los avances actuales aún están lejos de cumplir esta meta.
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La electrificación se convierte en un pilar central, con un crecimiento acelerado en la demanda global de electricidad, impulsada por la movilidad eléctrica y el uso de tecnologías de inteligencia artificial (IA). Se proyecta un aumento de 6% en la demanda de electricidad para 2035, o 2,200 TWh adicionales respecto al año anterior, representando un crecimiento significativo.
A medida que las economías emergentes, especialmente en Asia y África, lideran el aumento de demanda energética, la IEA enfatiza que el crecimiento económico futuro deberá apoyarse en fuentes limpias para mitigar los impactos climáticos. El informe destaca que, aunque los costos de las tecnologías limpias están disminuyendo, el fortalecimiento de las cadenas de suministro y el acceso a financiamiento en economías en desarrollo son esenciales para consolidar una transición global equitativa.
La seguridad energética global enfrenta desafíos debido a conflictos en regiones clave, como Oriente Medio y Ucrania, y la creciente fragmentación de los mercados.