Por primera vez en décadas, el número de gente sin acceso a electricidad está aumentando en el mundo. Una economía en desarrollo sostenible requiere del acceso a servicios de energía confiable, accesible y moderna. Sin embargo, la crisis energética global está mermando esta situación. La principal zona geográfica afectada es el África sub-sahariana, retrocediendo contra años de progreso.
De acuerdo a la información más reciente de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el número de gente que vive sin electricidad se incrementó en 20 millones durante 2022. La cifra ha alcanzado un aproximado de 775 millones, el primer gran incremento desde hace 20 años. Los mayores registros se ubican en la República Democrática del Congo, Madagascar y Etiopía. En menor grado, también se ven afectados Mozambique, Senegal, Kenia y Bangladesh.
La pandemia, la inflación y la crisis energética a nivel mundial han echado para atrás el progreso universal en relación al acceso a la electricidad. El incremento en los precios de los combustibles y de los alimentos han sido desproporcionados, afectando a los países en desarrollo. Esta circunstancia también ha estado ligada al aumento de la hambruna crónica en ciertas regiones del planeta.
La pandemia, la inflación y la crisis energética a nivel mundial han echado para atrás el progreso universal en relación al acceso a la electricidad.
De acuerdo al reporte de la AIE, esta tendencia se acelerará en algunos de los países mencionados. Soluciones como lo son las energías alternativas, también han sido afectadas, ya que redes eléctricas solares o híbridas incrementaron sus precios hasta en un 20% en 2022 al compararlos con los niveles previos a la pandemia. Un sistema solar residencial, en comparación a 2020, hoy cuesta 30% más.