El pozo Shenditake‑1, ubicado en la cuenca del Tarim, al noroeste de China, ya superó los 10,910 metros de profundidad. Con ese nivel se convirtió en el pozo vertical activo más profundo de Asia y el segundo más profundos del mundo.
El proyecto, iniciado en mayo de 2023, continúa su avance bajo el desierto de Xinjiang, con el objetivo de alcanzar los 11,000 metros antes de que termine 2025.
Según informaron las autoridades chinas, la perforación ya atravesó 13 capas geológicas, incluidas formaciones rocosas de más de 500 millones de años de antigüedad.
Además de representar un hito en ingeniería, la perforación tiene fines energéticos y científicos. El pozo sirve tanto para la exploración de yacimientos de petróleo y gas en zonas ultra profundas., Como para investigaciones geológicas que buscan comprender mejor la estructura interna de la Tierra.
Para lograrlo, China ha desarrollado tecnología de perforación automatizada capaz de operar a temperaturas superiores a los 210 °C y bajo presiones extremas. Se trata de una de las operaciones de mayor complejidad técnica jamás realizadas en tierra firme.
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China National Petroleum Corp encabezó la perforación. Wang Chunsheng, experto jefe del campo petrolífero de Tarim de China National Petroleum Co, explicó que cada metro a esa profundidad planteaba desafíos.
«El equipo superó numerosos obstáculos, incluidas cargas pesadas, inestabilidad del pozo, fatiga de la perforación, fallas de la herramienta y pérdida grave de formación», dijo Wang.
Enfatizó que la perforación pasó con éxito a través de 12 formaciones geológicas de la cuenca de Tarim. “Alcanzando finalmente formaciones rocosas productoras de petróleo y gas de alta calidad entre 10,851 y 10,910 metros”.