Shell reportó un beneficio neto récord de 7,116 millones de dólares en el primer trimestre del año. Las ganancias, que repuntaron 25.7% frente al primer trimestre de 2021, se beneficiaron por el encarecimiento de los hidrocarburos debido a la guerra en Ucrania.
Igualmente, los beneficios se vieron afectados por una carga después de impuestos de 3,900 millones de dólares. El ajuste está asociado a la retirada progresiva de sus actividades gasísticas y petroleras en Rusia tras la invasión de Ucrania.
Sin cargos y elementos excepcionales, el beneficio trimestral aumentó a 9,100 millones de dólares, una ganancia sin precedentes.
Los ingresos totales de la petrolera aumentaron el 40.6% en el primer trimestre, hasta 83,204 millones de dólares; en tanto que las compras en el periodo llegaron a 55.657 millones de dólares y los gastos de producción se situaron en 6,029 millones de dólares.
Igualmente, la deuda de la compañía se situó en 48.489 millones de dólares, con lo que consiguió reducirla un 25.7% frente al primer trimestre de 2021.
Adicionalmente, la empresa logró aumentar en un 78.6% su flujo de caja por las actividades operativas, hasta los 14,815 millones de dólares.
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Los precios de los hidrocarburos han subido con fuerza en los últimos meses debido a los temores de desabastecimiento y las sanciones aplicadas a Rusia.
“Este conflicto ha causado perturbaciones significativas en los mercados de energía global. Ha mostrado que una energía segura, fiable y asequible no se puede dar por supuesta”, destacó el jefe ejecutivo de Shell, Ben van Beurden.
El precio del crudo está actualmente en torno a los 110 dólares el barril debido al incremento de la demanda en todo el mundo al reabrirse las economías tras las restricciones que se habían impuesto por la covid-19.
“Los impactos de esta incertidumbre y los gastos más elevados que conlleva se sienten por todas partes”, añadió.