El Senado de la República aprobó una reforma constitucional que restablece el carácter de empresas públicas a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), devolviendo al Estado el control de los recursos energéticos del país.
La reforma, que modifica los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, busca revertir los cambios realizados en 2013 que permitieron la participación privada en el sector energético.
Igualmente, la reforma deja de considerar “empresas productivas del Estado” a Pemex y CFE. Las cuales ahora serán “empresas públicas” para no “competir en el mismo nivel que todas las privadas”.
La reforma constitucional, propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), revierte en parte la reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018). La cual abrió el sector a la inversión privada y obligó a Pemex y CFE a competir en condiciones más equitativas con los particulares.
La reforma, aprobada con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención, ahora se enviará a los congresos estatales para su ratificación.
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“Da pasos firmes para recuperar la soberanía energética, con lo que se revierten los cambios que se realizaron con la reforma energética de 2013. La cual, lo único que pretendía era desmantelar a Pemex y CFE”, argumentó la senadora Laura Castillo, del partido Morena.
De acuerdo con el senador Óscar Cantón Zetina, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el objetivo es corregir lo que se considera un error en la apertura energética de ese año. «Para devolver la soberanía sobre los recursos energéticos al Estado».
La modificación establece que la CFE generará el 54 % de la electricidad nacional sin considerarse un monopolio. Además, obliga al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a despachar primero la energía producida en plantas de la empresa del Estado.