El tema no es nuevo en sí. Sin embargo, llama la atención que para 2030, la fabricación de equipos y tecnología para la producción de energías limpias valdrá cerca de $650 mil millones de dólares al año a nivel mundial.
Lo anterior, creará nuevos y más grandes mercados, así como millones de empleos. Como en todo desarrollo, los especialistas señalan riesgos; por ejemplo, aquellos países sin estrategias anticipadas, quedarán fuera de estas oportunidades. México, por supuesto, debe poner atención a este tema como parte de su política de desarrollo empresarial. De lo que hoy se haga, el beneficio se verá en 2030; para lo cual, aunque parezca lejano, ya queda muy poco tiempo.
El tamaño del mercado será tres veces más grande para el final de esta década. Se trata de la fabricación de paneles solares, turbinas eólicas, baterías y electrolizadores. Pero para cumplir la promesa, es necesario que todos los países del mundo implementen en su totalidad sus compromisos. De ser así, de acuerdo al reporte Perspectivas Tecnológicas de la Energía de la Agencia Internacional de Energía, para 2030 se pasaría de 6 millones de empleos a 14 millones en este rubro.
Al mismo tiempo, la agencia señala que, para garantizar la seguridad energética y la producción de energías limpias de la tecnología necesaria, las cadenas de suministro presentan grandes oportunidades. Especifica la importancia de modificarlas para evitar afectaciones a la resiliencia y la sustentabilidad. A causa de la actual concentración geográfica presentada por la minería, el procesamiento y la manufactura.
Por: Rubí Alvarado
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