El primer trimestre del año ha finalizado y la pregunta inevitable es ¿como nos fue?
La respuesta podría tener muchas variantes pero algo es evidente: la recuperación de la economía será lenta y desigual alrededor del mundo; en México se espera un proceso lento.
Es evidente que la recuperación no se completará antes de 2022, en contra de algunas expectativas.
Panorama financiero, indicadores salen del hoyo
Respecto a los indicadores financieros, estos han salido del hoyo en el que se sumieron el año pasado con el Gran Confinamiento.
Podemos decir que lo peor quedó atrás, aunque hoy no vivimos en mercados de bonanza con todo y que algunos indicadores en Wall Street hayan tocado niveles históricos.
En términos generales el mundo está en una posición muy distinta a la del primer trimestre de 2020; en Estados Unidos todas las bolsas subieron aunque sea marginalmente como el caso del Nasdaq, que gana poco menos de 1 por ciento.
El Dow Jones gana casi 9 por ciento y el S&P500 alrededor de 6 por ciento.
En México la Bolsa Mexicana de Valores avanza en su principal indicador 8 por ciento, mientras que el peso refleja una depreciación de 3 por ciento y las tasas están alrededor de 4 por ciento.
La volatilidad extrema en los mercados ha pasado por el momento, las señales son claras; sin embargo, no estamos frente a un periodo de bonanza, los mercados todavía tienen mucho que ver antes de tomar una tendencia clara.
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Crecimiento, el gran pendiente
A contracorriente de lo que se esperaba, el crecimiento económico no detonó en este primer trimestre; se espera que suceda de hecho con toda su fuerza a partir del segundo semestre del año.
Una serie de factores internos y externos han mantenido la desaceleración económica. En lo externo se encuentra sin duda el atraso en la aprobación del plan de rescate fiscal en Estados Unidos.
El paquete por 1.95 billones de dólares sería el detonante económico esperado, pero sus efectos se sentirán en toda su magnitud a partir de la segunda mitad del año.
En lo interno, además de la llegada tardía de los efectos del paquete de estímulo económico de Estados Unidos, la economía mexicana enfrenta una serie de retos.
Por ejemplo, existen presiones internacionales sobre los precios de los energéticos, que afectan en lo interno, especialmente en factores como la inflación.
También sigue la amenaza de nuevas olas de contagio del Covid, ante la lentitud del proceso de inmunización mediante la vacuna.
Las expectativas apuntan a un PIB promedio de 4.5 por ciento para la economía mexicana en este 2021, lo que sin duda es una buena noticia respecto al desplome de 2020.
Pero, también faltará un «trecho» para recuperar lo perdido el año pasado y retomar la senda del crecimiento, apenas al final de 2022 estaremos en las mismas condiciones registradas antes de la pandemia.
En conclusión, nos fue mejor que en 2020, sin duda. Pero, el camino hacia la recuperación plena es todavía cuesta arriba.