El petróleo seguirá volátil hasta que haya claridad sobre la política de producción de la OPEP +.
En este contexto, la volatilidad no ayuda a garantizar transiciones energéticas ordenadas y seguras, no beneficia ni a los productores ni a los consumidores.
Lo anterior fue señalado por la Agencia Internacional de la Energía en su informe mensual.
Así, los precios del crudo siguen subiendo en medio de la incertidumbre, lo que no ayudará a construir unos pilares fuertes para sostener la recuperación económica.
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Un riesgo importante es que la falta de acuerdo en la OPEP se prolongue y lleve al precio del petróleo a unos niveles que entorpezcan la recuperación económica.
Lo que a su vez podría frenar la transición energética, que quedaría en un segundo plano si la economía no termina de remontar.
Petróleo, por los cielos
Ahora mismo, el petróleo Brent cotiza en 75 dólares, unos precios que aunque elevados, aún son tolerables para muchas economías que está creciendo a buen ritmo, para otras puede ser un peligro.
Pero la AIE advierte: «Aunque los precios en estos niveles podrían incrementar el ritmo de electrificación del sector del transporte y ayudar a acelerar las transiciones energéticas».
«También podrían frenar la recuperación económica, particularmente en los países emergentes y en desarrollo».
Es un hecho que el mercado de petróleo se encuentra en un punto incierto.
La expansión de la variable Delta del covid también plantea riesgos por el lado de la demanda, que se suman a los de la oferta.
Al mismo tiempo, la posibilidad de una ‘guerra’ por la cuota mercado, aunque sea remota, se cierne sobre los mercados.
Al igual que la posibilidad de que los altos precios del combustible aviven la inflación y dañen una frágil recuperación económica.
La incertidumbre sobre el posible impacto global de la variante covid-19 Delta en los próximos meses también está moderando la confianza, según el informe.
En junio, los precios minoristas de la gasolina en Estados Unidos se situaron por encima de los 3 dólares el galón por primera vez en casi siete años.
Alzas generalizadas
Los precios de los surtidores también han aumentado. En India, los precios de la gasolina y el diésel se encuentran en su nivel más alto, lo que se suma a las presiones inflacionarias en medio de un repunte general de las materias primas.
Los precios del combustible también están aumentando en Brasil, donde la inflación ha tocado máximos de cinco años.
El exceso de inventarios mundiales de petróleo que se acumularon el año pasado se han esfumado en unos pocos meses.
Ahora mismo los inventarios de la OCDE están muy por debajo de los promedios históricos, advierte el organismo internacional.
«Se espera que el balance (oferta-demanda) de crudo sea especialmente ajustado. Las refinerías están aumentando rápidamente su actividad para satisfacer una mayor demanda», advierten desde la AIE.
Según los cálculos de la AIE, en el tercer trimestre de 2021 podría ver la mayor caída de inventarios de petróleo crudo en al menos una década.
Además, las reservas de productos refinados también caerán a medida que los conductores frustrados por el confinamiento y las restricciones cojan la carretera en masa.
Los datos de movilidad muestran que los viajes en Estados Unidos en las últimas semanas superaron con creces los niveles anteriores al covid.
Nuestro pronóstico para la demanda mundial de petróleo se mantiene prácticamente sin cambios desde el Informe del mes pasado.
Lo que aumenta en 5.4 millones de barriles este año y otros 3 millones de barriles diarios en 2022.
Mercado inestable
Por otro lado, la falta de acuerdo en la OPEP y la expansión de la variante Delta están incrementando los niveles de incertidumbre en el mercado de petróleo.
Lo que podría crear importantes socavones en el camino de la transición energética.
La AIE cree que la inestabilidad en el mercado de petróleo, puede impedir que se generen los incentivos adecuados para asegurar una transición energética estable.