Aunque México logró conservar su calificación crediticia en BBB- con perspectiva estable, Fitch Ratings advirtió que el panorama está lejos de ser positivo.
Durante su intervención en el podcast “Norte Económico”, del Grupo Financiero Banorte, el codirector de la División de Soberanos de las Américas en Fitch, Todd Martínez, alertó sobre la situación que enfrenta el país. «Hay mucho por preocuparse ahora en México. Los riesgos para la economía nacional no sólo provienen del exterior».
El especialista considera que Pemex podría comprometer el perfil crediticio del país, junto con la previsión de una desaceleración de la economía y la presión fiscal.
“México es un país con bajo crecimiento, desafíos institucionales y fiscales, que van más allá de Pemex, aunque eso es un desafío clave. Hay mucho por preocuparse ahora en México, hay el efecto Trump, hay una desaceleración posible”, describió.
Sin embargo, Todd Martínez destacó que si bien Estados Unidos ha implementado un conjunto de reformas domésticas que agravaron los nervios de muchos inversionistas, México tiene un margen para absorber esas malas noticias sin que eso implique una rebaja de alta probabilidad.
“Cabe recordar que rebajamos la calificación de México dos veces en la última década, más que todo por bajo crecimiento. Así que tendría que ser un shock muy grande para pensar en otra rebaja después”, aclaró.
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El Co-director de la División de Soberanos recordó que, recientemente, ratificó la calificación BBB-. La cual representa el último escalón dentro del mundo de grado de inversión.
No obstante, Todd Martínez aclaró que una perspectiva estable no quiere decir que todo está bien y que un ajuste no podría llegar.
“México mantiene esa distinción y esa calificación porque refleja algunas fortalezas de larga data. Es una economía grande, muy diversificada, tiene cuentas externas muy robustas, un marco macroeconómico muy confiable y con un largo historial de mantener la estabilidad macroeconómica”, confió.
Todd Martínez indicó que un shock a la economía tendría que ser a gran escala para que por sí solo resulte en una rebaja en la calificación. “Pero los riesgos de una rebaja aumentarían si ese contexto económico adverso complicara el proceso de consolidación fiscal”.
