Por Fluvio Ruíz Alarcón. Pemex en el umbral de las elecciones de 2024 (Parte III). En nuestras entregas anteriores, expusimos que dos aspectos que seguramente estarán en el debate electoral de este año. Serán el de la producción de crudo y el aumento en la capacidad de refinación, así como las medidas idóneas para aumentarlas. En esta ocasión y para finalizar esta breve y nada exhaustiva serie, abordaremos la deuda financiera, adeudos a proveedores y el pasivo laboral de Pemex.
Al momento de escribir estas líneas, aún no se daba a conocer el reporte de resultados de Pemex correspondiente al último trimestre de 2023. Por lo que utilizaremos los datos proporcionados en el reporte del tercer trimestre del año pasado.
De acuerdo al mismo, el saldo de la deuda financiera bruta de Pemex al 30 de septiembre de 2023, fue de 1.865 billones de pesos (105,836 millones de dólares). Este monto de la deuda, es 268,000 millones de pesos (12.6%) menor al registrado al cierre del tercer trimestre de 2022 (2.13 billones de pesos).
Sin embargo, Pemex deberá amortizar el 29.7% de su deuda financiera entre el 1 de octubre de 2023 y el 30 de septiembre de 2024. Esto significa que en ese plazo la petrolera deberá pagar 553,900 millones de pesos (31,400 millones de dólares) para hacer frente a sus obligaciones financieras. Asimismo, en el periodo que va del 1 de octubre de 2024 al 30 de septiembre de 2027, Petróleos Mexicanos deberá pagar 380,200 millones de pesos (21,600 millones de dólares). Cantidad equivalente al 20.4% de su deuda total.
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Ahora bien, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2023, Pemex pagó 111,300 millones de pesos por concepto de intereses, comisiones y otros gastos relacionados con sus obligaciones financieras. Este monto fue 1.4% (1,500 millones de pesos) mayor al observado en el mismo periodo de 2022 (109,800 millones de pesos). Representa la segunda mayor cantidad de recursos destinada a este concepto para un mismo lapso en los últimos 13 años.
En tanto, al 30 de septiembre de 2023, el saldo de los adeudos de Pemex con sus proveedores registró su mayor nivel en 13 años. Hasta, 297,100 millones de pesos que deberían ser cubiertos en menos de un año. Tan solo los adeudos ya vencidos con proveedores, superan los 96,000 millones de pesos. Estos adeudos, sumados al perfil de la deuda financiera, hacen necesario el apoyo gubernamental para evitar que repercutan en la continuidad operativa de Pemex.
Finalmente, no puede dejar de mencionarse al pasivo laboral. Si bien a lo largo de la presente administración, al cierre de cada año el pasivo laboral ha venido disminuyendo desde su máximo en 2020 (1.535 billones de pesos) a un estimado de 1.214 billones de pesos al cierre de 2023. Continúa siendo un factor que afecta negativa y significativamente al balance general de Petróleos Mexicanos.
De manera que, además de la realización de una reforma fiscal que permita modificar significativamente el régimen fiscal de Pemex. Un tema de campaña bien podría ser el establecimiento de la proporción de su deuda que podría ser absorbida por el gobierno sin que afectara el costo financiero de la deuda soberana. Un primer objetivo sería determinar si el gobierno puede absorber la deuda de corto plazo de su empresa productiva.
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