El precio de la mezcla mexicana de exportación cerró sobre la marca psicológica de los 100 dólares por primera ocasión desde agosto de 2013. Incluso, el crudo texano escaló a un techo de 2011.
El recrudecimiento del conflicto entre Rusia y Ucrania, las sanciones contra la industria petrolera rusa y la decisión de la OPEP+ de mantener su producción estable, se combinaron para llevar a los precios a nuevos techos.
La guerra está provocando temores de una escasez de suministro en lo que ya era un mercado ajustado antes del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Igualmente, la consultora Energy Aspects informó que alrededor del 70% del comercio de crudo ruso está actualmente congelado. La razón: sanciones bancarias y aumento en las tarifas de flete. Incluso, el crudo insignia de Rusia, el urales, se ofreció con descuento récord, pero no obtuvo postores.
Rusia suministra el 10% del petróleo mundial y un 40% del gas de Europa. A través de Ucrania, abastece a países como Austria, Italia y Eslovaquia; así como a Alemania y Polonia.
En este contexto, de acuerdo con Pemex, el precio de la mezcla mexicana de exportación escaló 7.95 dólares, es decir, 8.14%, para cerrar en 105.52 dólares el barril. Ese es su precio más alto desde agosto de 2013.
El insumo mexicano acumula una ganancia de 48% en lo que va del año, frente a su precio de 71.29 dólares registrado al cierre de 2020.
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En el mercado de Londres, el crudo Brent para mayo se disparó 7.58% para cerrar en 112..92 dólares por barril. Ese es su precio más alto desde 2014.
Mientras en Nueva York, el crudo WTI para abril repuntó 6.95% para concluir en 110.60 dólares, por barril, su precio más alto desde 2011.
Analistas estiman que los precios del petróleo podrían escalar hasta 130 dólares en caso de un conflicto bélico prolongado en Europa del Este.