El precio de la mezcla mexicana de exportación hizo el lunes una pausa a su escalada alcista, tras consolidarse en máximos de tres años. El insumo mexicano, que acumula un rally de 64% en el año, aún se mantiene al acecho de la marca psicológica de los 80 dólares.
En los mercados internacionales, los precios del petróleo cerraron con pizarras negativas, por esperada toma de ganancias. Cifras económicas desde China y Estados Unidos; los dos principales consumidores de hidrocarburos del mundo, mostraron que sus economías aún sufren los efectos de la pandemia por Covid-19.
Los precios del petróleo aún mantienen sus expectativas alcistas. La escasez de carbón y gas aumentará la demanda de petróleo en Asia y Europa. Sin embargo, ese aumento podría acelerar la inflación y desacelerar la recuperación mundial.
En este contexto, de acuerdo Pemex, el precio de la mezcla mexicana de exportación perdió 24 centavos, es decir, 0.30%, para cerrar en 77.36 dólares por barril. Ese aún es su precio más alto desde el 3 de octubre de 20218, cuando cerró en 77.73 dólares. En caso de superar esa resistencia clave, el insumo se encaminaría a la marca psicológica de los 80 dólares, una cifra que no supera desde el 13 de octubre de 2014. Asimismo, En lo que va del año, el insumo mexicano experimenta una ganancia de 64% frente a su precio de 47.16 dólares del cierre de 2020.
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En Londres, el contrato del crudo Brent para diciembre en noviembre perdió 53 centavos, es decir, 0.62% para cerrar en 84.33 dólares por barril. Su precio aún es el más alto desde octubre de 2018. Goldman Sachs estima que el precio del Brent podría escalar hasta 90 dólares por barril al comienzo del invierno
Al otro lado del Atlántico, en Nueva York, el crudo WTI para noviembre ganó 16 centavos, es decir, 0.19%, para cerrar en 82.44 dólares. Ese es su precio más alto desde noviembre desde noviembre de 2014.
Los precios del oro negro, asimismo, se han beneficiado de los reportes de un aumento de la demanda de crudo para apoyar la generación de energía global. Y es que las interrupciones de la producción mundial han obligado a las empresas de energía a extraer grandes cantidades de crudo de sus inventarios.
