BP plc anunció una transición clave en su cúpula directiva con el nombramiento de Meg O’Neill como su próxima directora ejecutiva, cargo que asumirá a partir del 1 de abril de 2026. La designación marca un nuevo capítulo para la petrolera británica, que busca acelerar su desempeño estratégico y financiero en un entorno de mercados energéticos volátiles y crecientes exigencias de los inversionistas.
O’Neill, actual directora ejecutiva de Woodside Energy, sustituirá a Murray Auchincloss, quien dejará el cargo de CEO y su asiento en el consejo a partir del 18 de diciembre. Durante el periodo de transición, Carol Howle, vicepresidenta ejecutiva de suministro, comercio y transporte marítimo, fungirá como directora ejecutiva interina. Auchincloss permanecerá como asesor hasta diciembre de 2026 para asegurar la continuidad operativa.
El nombramiento es resultado de un proceso de sucesión encabezado por la junta directiva y llega en un momento decisivo para BP. En los últimos años, la compañía ha enfrentado presión de los mercados para simplificar su portafolio, reforzar la disciplina de capital y elevar los retornos a los accionistas, en un contexto de competencia más intensa entre las grandes petroleras internacionales.
Albert Manifold, presidente de BP, destacó que O’Neill es la líder adecuada para encabezar la siguiente etapa de la empresa, subrayando su experiencia en transformación corporativa, ejecución operativa y asignación disciplinada de capital. Reconoció que, si bien BP ha avanzado, aún requiere mayor rigor para reposicionarse como una empresa energética más eficiente y rentable.
Desde 2021, O’Neill ha dirigido Woodside, consolidándola como la mayor compañía energética que cotiza en Australia, tras la adquisición estratégica de BHP Petroleum. Su trayectoria incluye más de dos décadas en ExxonMobil, donde ocupó cargos técnicos y de liderazgo en distintas regiones del mundo.
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En sus primeras declaraciones, O’Neill señaló que BP tiene un papel central en el suministro energético global y un amplio potencial para recuperar liderazgo. Anticipó un enfoque en seguridad, innovación, sostenibilidad y mejora del rendimiento, mientras la compañía ajusta su estrategia de transición energética, priorizando el flujo de caja, los dividendos y las recompras. Para los inversionistas, su llegada sugiere una etapa de mayor disciplina financiera y ejecución estratégica más precisa.
