La energía es una necesidad básica de toda sociedad, en una palabra, es la columna vertebral del funcionamiento y sobrevivencia de nuestra civilización.
Así lo visualiza nuestra próxima Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, quien otorga un carácter prioritario al sector energético. Como experta en la materia ha planteado una ruta de navegación bajo tres objetivos: soberanía, seguridad y transición energética. En esta medida, radica la importancia y debemos entender la designación de Luz Elena González como la próxima titular de la Secretaría de Energía, una de las personas más cercanas a su proyecto, con una preparación y experiencia sólida para establecer, conducir, coordinar y supervisar la política energética del próximo sexenio.
La futura secretaria de Energía, egresada de la carrera de economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios superiores en medio ambiente y amplia experiencia en temas financieros como extitular de la Secretaría de Administración y Finanzas de la Ciudad de México, y como presidenta, que será de los consejos de administración de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tendrá la labor titánica de alinear y continuar conduciendo a los dos gigantes energéticos en un solo objetivo: garantizar la seguridad energética de México, de manera sustentable y con precios asequibles.
Así lo ha corroborado Luz Elena González, afirmando que el objetivo central de la política energética seguirá siendo la soberanía y continuar garantizando la seguridad energética, así como la transición energética; para lo cual PEMEX y CFE son fundamentales.
Lee el artículo completo aquí: Futura Secretaría de Energía
Al respecto, la presente administración protegió a México de la peor crisis energética de toda la historia. Así lo constata la Agencia Internacional de la Energía, que coloca a México como un ejemplo de soberanía y seguridad energética, al ser el único país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en mantener sus precios por debajo de la inflación, durante la etapa más álgida de la crisis en 2022. Lo anterior, en comparación a naciones como Países Bajos, con un aumento del 100% respecto al año previo, así como Inglaterra con 59%, Unión Europea 39% y Estados Unidos 18%.