La petrolera rusa Lukoil PJSC, una de las mayores compañías energéticas privadas de Rusia, anunció que iniciará la venta de todos sus activos internacionales, en respuesta a la imposición de nuevas medidas restrictivas por parte de varios países occidentales. La decisión marca un hito en el proceso de retiro de las empresas rusas de los mercados globales, tras el endurecimiento de las sanciones derivadas del conflicto en Ucrania.
Según informó la empresa, el proceso de venta se lleva a cabo bajo una licencia de liquidación otorgada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos, que autoriza la continuidad temporal de las operaciones mientras se concretan las transacciones. Lukoil adelantó que podría solicitar una extensión de esta licencia para mantener la estabilidad de sus operaciones durante la fase de desinversión.
El portafolio internacional de Lukoil incluye refinerías en Italia y los Países Bajos, así como activos de exploración y producción en Irak, Uzbekistán y África Occidental, entre otros. Estos activos representan una porción relevante de su negocio global, por lo que su venta podría reconfigurar significativamente el mapa de inversiones energéticas rusas fuera del país.
Analistas internacionales consideran que esta decisión refleja la creciente presión financiera y logística sobre las empresas rusas para operar en el extranjero. El aislamiento de los mercados occidentales ha dificultado el acceso a financiamiento, tecnología y transporte, lo que ha obligado a Lukoil a replantear su estrategia global.
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La venta total de sus operaciones internacionales convierte a Lukoil en la primera gran petrolera rusa en ejecutar una retirada integral de sus activos fuera del país, marcando un nuevo capítulo en la transformación del sector energético ruso bajo el peso de las sanciones internacionales.
