Energías Alternativas

Las industrias y su compromiso frente a la COP28

Instituciones católicas demuestran su liderazgo moral frente al cambio climático

Por Alonso de Llanes: Las industrias y su compromiso frente a la COP28. Mientras el mundo se enfrenta a la urgencia de abordar el cambio climático, la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) se presenta como una coyuntura crítica para que las naciones se reúnan y reafirmen sus compromisos para combatir esta crisis mundial.

 

Aunque los países han prometido ambiciosas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), los retos que tenemos por delante son demasiados.

 

Sin embargo, hay esperanza en el horizonte, y residen en los esfuerzos de colaboración de las industrias para ayudar a las naciones alcanzar sus NDC. Reconociendo al mismo tiempo los principios de pérdidas y daños y el deber de diligencia.

 

Uno de los principales retos a los que se enfrenta COP28 es la creciente brecha entre los compromisos adquiridos en virtud del Acuerdo de París. Y las vías reales de reducción de emisiones necesarias para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Para salvar esta brecha, es imperativo que las industrias desempeñen un papel central.

 

Estas industrias, que van desde la energía y el transporte hasta la agricultura y la tecnología, son las que más contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, también poseen la innovación, los recursos y la experiencia necesarios para transformar sus operaciones y ayudar a las naciones a cumplir sus NDC.

 

El principio de pérdidas y daños, consagrado en el Acuerdo de París, reconoce que algunas naciones ya están sufriendo impactos climáticos irreversibles. Las empresas internacionales, especialmente aquellas con extensas cadenas de suministro y operacionesen regiones vulnerables. Comparten la corresponsabilidad de hacer frente a las pérdidas y daños sufridos por estas naciones.

 

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La COP28 debería centrarse en reforzar los mecanismos que responsabilizan a estas empresas de su contribución al cambio climático y de su papel en la mitigación de sus impactos. Además, el principio del deber de diligencia debería guiar las acciones de la industria.

 

Las empresas tienen el deber de cuidar no

sólo de sus accionistas, sino también del planeta y de las comunidades en las que operan. Esto significa adoptar prácticas sostenibles, reducir las emisiones e invertir en medidas de adaptación y resiliencia climáticas.

 

Igualmente, las industrias pueden ayudar a los países a alcanzar sus NDC adoptando tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Realizando la transición a fuentes de energía renovables y aplicando prácticas de economía circular. También pueden facilitar la transferencia de tecnología a los países en desarrollo, permitiéndoles dar el salto a sistemas más limpios y eficientes.

La colaboración entre gobiernos e industrias puede conducir a soluciones innovadoras que aceleren la reducción de emisiones. Además, las industrias pueden apoyar el principio de pérdidas y daños proporcionando ayuda financiera a las comunidades afectadas. Igualmente, participando eniniciativas de evaluación de riesgos climáticos y seguros.

 

En conclusión, la COP28 representa una oportunidad para que las naciones aborden el cambio climático con un renovado sentido de urgencia y compromiso.

 

Las industrias deben dar un paso al frente y alinear sus estrategias con los objetivos del Acuerdo de París. Reconociendo su papel tanto en la causa como en la mitigación del cambio climático.

 

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