“Somos un área de servicios: generamos ingresos vendiendo soluciones que mantienen activo el ciclo económico del IMP”, resume el M. en C. Jorge Alfonso Mendoza Amuchástegui, Director de Servicios en Exploración y Producción (E&P).
Su trayectoria respalda la nueva estrategia: alinearse al plan de negocios de Pemex para elevar producción y reservas, reducir costos y abrir la puerta a la transición energética. Hoy concentran esfuerzos en seguridad de perforación, recuperación secundaria y reconversión de campos agotados para almacenamiento subterráneo de gas.
Congreso Mexicano del Petróleo: escaparate estratégico
El CMP 2025 es una vitrina para el Instituto. “Llevamos ocho trabajos orales y tres pósters; once participaciones que muestran la ciencia convertida en valor”, detalla. En el stand, los visitantes pueden ver propuestas de captura y almacenamiento de CO₂, modelos geotécnicos para aerogeneradores offshore y algoritmos de IA que recortan 15 % los tiempos de perforación al anticipar riesgos.
Alineación con el Plan Nacional de Desarrollo
Servicios E&P aporta a tres ejes nacionales: reducción de huella de carbono, eficiencia energética y digitalización. “Convertir viejos campos en almacenes de gas y en pozos geotérmicos genera doble beneficio: descarboniza y diversifica la matriz”, explica. El IMP prueba simulaciones de hidrógeno blanco y reutiliza gas de venteo; de acuerdo con los pilotos, se podrían mitigar hasta 400 000 t de CO₂ al año.
Visión a 2030
El Centro de Tecnologías de Veracruz desarrolla gemelos digitales de campos maduros y forma especialistas en IA aplicada a yacimientos. “La clave es asociarnos; no podemos hacerlo todo solos”, reconoce Mendoza Amuchástegui. En 2024 el IMP firmó convenios con cuatro universidades y dos OEM para escalar tecnologías en menos de 24 meses, la mitad del ciclo habitual.
La meta hacia el 2030 es duplicar los ingresos por servicios —hoy 35 % del patrimonio del Instituto— y posicionar al IMP como referente latinoamericano en captura de carbono y análisis avanzado de datos. “Si procesamos la información correcta en el momento adecuado, las decisiones llegan a tiempo y el país gana competitividad”, concluye.