El transporte marítimo y la aviación representan dos de los sectores más difíciles de descarbonizar. En conjunto, generan alrededor del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y su impacto podría aumentar conforme crezca el comercio y la movilidad aérea en el mundo. Sin embargo, un nuevo avance tecnológico desarrollado por Honeywell podría marcar un punto de inflexión.
El conglomerado estadounidense presentó un sistema innovador de mejora de biocrudo capaz de convertir biomasa y residuos agrícolas en combustibles renovables listos para usar. Esta tecnología busca ofrecer una alternativa sostenible al combustible marino, al combustible de aviación sostenible (SAF) y a la gasolina, utilizando desechos forestales y agrícolas como materia prima.
La importancia de esta innovación radica en la capacidad de los nuevos biocombustibles para mantener una alta densidad energética, requisito indispensable para el transporte aéreo y marítimo, que depende de combustibles potentes y difíciles de sustituir. “Este combustible marino renovable puede extender la autonomía de una embarcación sin necesidad de costosas mejoras en el motor”, afirmó la compañía en un comunicado.
Otro de los grandes atractivos del proyecto es su viabilidad operativa. Honeywell propone la instalación de plantas modulares prefabricadas, lo que reduce costos y facilita la adopción de la tecnología. Según Ken West, presidente de Honeywell Energy and Sustainability Solutions, “la industria marítima tiene una necesidad urgente de combustibles renovables disponibles de inmediato y rentables; nuestra tecnología puede implementarse rápidamente y con menor inversión”.
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Expertos señalan que esta clase de biocombustibles podría acelerar la transición energética de sectores que históricamente han estado “atados a modelos de alto consumo de carbono”. Un estudio publicado en Environmental Innovation and Societal Transitions advierte que solo una disrupción tecnológica significativa permitirá romper esa dependencia.
La consolidación de este tipo de proyectos dependerá también del marco regulatorio y de las políticas comerciales internacionales. Especialmente con países como Canadá, que proveen buena parte de la biomasa utilizada. Aun con los desafíos, la apuesta de Honeywell refuerza el papel de la innovación tecnológica. Como motor para reducir emisiones y construir un futuro energético más limpio.
