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Los hombres como agentes de cambio en los sitios de trabajo

hombres como agente de cambio

Los hombres como agentes de cambio en los sitios de trabajo – Aldo Santillán

El avance en la equidad de género ha sido mucho más lento de lo que se quisiera. Sin embargo, la equidad de género no puede lograrse únicamente por las mujeres o por enfocarse exclusivamente en ellas. Requiere del involucramiento de ambos. De acuerdo a las cifras, el problema de raíz no tiene que ver con clases sociales, niveles económicos o educación.

La razón detrás de la reticencia del hombre es que su rol como proveedor de la familia y sostén del hogar se ha visto afectado. En muchos casos, sienten que han perdido el control de sus esposas, hijas o dependientes femeninas.

El hombre no sabe qué hacer ni cómo lidiar ante la libertad de las mujeres por ganar el mismo o más dinero, ocupar mejores puestos o ser líderes en la toma de decisiones.

En gran medida se sienten desplazados. Sin embargo, los expertos reconocen que en las últimas dos décadas el involucramiento de los hombres para lograr la equidad de género en el hogar, la comunidad y los centros de trabajo ha incrementado.

Para continuar avanzando, además de lo obvio respecto al cambio de paradigma, mentalidad y perspectiva social de los hombres, los expertos sugieren que se inicie en el hogar con una repartición equitativa de tareas domésticas, cuidado y crianza de los hijos; así como con la atención de los miembros mayores, discapacitados y enfermos de la familia.

Todos los géneros debemos ser compañeros y aliados en la construcción de una sociedad más justa y responsiva hacia la equidad. Los hombres debemos actuar como agentes de cambio en los sitios de trabajo. Se requiere de liderazgo para que la cultura cambie las actitudes y los comportamientos dentro de una organización.

Lo anterior se logra permitiendo por igual el acceso al empleo, a las condiciones apropiadas y a la toma de decisiones.

Los líderes masculinos en instituciones de gobierno, iniciativa privada y en organizaciones no gubernamentales deben proveer modelos positivos de equidad de género al incorporar prácticas justas, medidas antidiscriminatorias e inclusión de género en la toma de decisiones, así como el combate al acoso sexual en los sitios de trabajo.

No es suficiente con decir que se está en contra de la violencia y de la desigualdad; es necesario tomar pasos activos para asegurar que todos actuemos en consecuencia.

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