En Gran Bretaña, el primer ministro Boris Jhnson, acompañado por miembros del gobierno, sostuvieron pláticas con empresas energéticas. Se buscaba llegar a acuerdos tras las crecientes presiones de ayudar a la gente para poder sobrellevar el aumento constante en los precios de gas y luz.
Las pláticas se llevaron por Johnson, el cual está por terminar su ciclo en el cargo, en conjunto con el jefe del Tesoro, Nadhim Zahawi, y Kwasi Kwarteng, secretario de Negocios y Energía. Tuvieron una reunión con Scottish Power, EDF, Centrica y otras firmas de energía. Las declaraciones hechas posteriormente por Johnson afirman que las “decisiones fiscales significativas” quedarán en manos de su sucesor. También asegura que las conversaciones que tuvieron no darán alivio a los británicos.
El gobierno “seguirá exhortando al sector de la electricidad que siga buscando la manera de aliviar las presiones del costo de la vida e invertir más y con mayor rapidez en la seguridad energética británica” asegura Johnson.
Agregó que «sigue evaluando las ganancias extraordinarias de ciertas partes del sector de generación de electricidad y las medidas apropiadas y correspondientes a tomar».
Mientras tanto, las tarifas siguen aumentando alrededor del mundo, derivado por el conflicto en Ucrania y la reducción del suministro de petróleo y gas. Sin embargo, en Gran Bretaña, las tarifas se encuentran fijadas a un tope de precios, fijada por las autoridades y se vincula a los precios mayoristas.
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Esto ha significado que en los hogares, la cuenta promedio aumente en más de un 50% durante lo que va del año. Y el problema sigue avanzando, por lo que se prevé un nuevo aumento en octubre.
“Esto no depende de los vendedores minoristas de energía”, dijo Dale Vale, fundador de la firma de energía Ecotricity, a Shy News. “El problema está en el precio enloquecido del gas en los mercados globales de mercancías”.
