Gran Bretaña podría enfrentar una crisis humanitaria el próximo invierno derivado del aumento en las facturas de energía, que representa un problema para los hogares con bajos ingresos. De acuerdo con un grupo de presión del sector salud, esto podría representar graves enfermedades físicas y mentales.
Boris Johnson, primer ministro, aún no ha dado alguna solución, ni ha respondido a los llamados para proporcionar más apoyo a estos hogares. Insiste que en su gobierno dejará dicha responsabilidad a su sucesor, el cual tomará posesión a principios de septiembre.
En representación de las organizaciones del sector sanitario se encuentra Matthew Taylor, director ejecutivo de la NHS Confederation, el cual dijo: «El país se enfrenta a una crisis humanitaria». «Muchas personas podrían enfrentarse a la terrible elección de saltarse las comidas para calentar sus casas o tener que vivir en condiciones frías, húmedas y muy desagradables», reiteró Taylor en un comunicado.
Las principales preocupaciones en la posible crisis en Gran Bretaña
Una de las principales preocupaciones son las afecciones respiratorias, enfermedades mentales, y la condición de vida de los niños. También crece la preocupación de la presión sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS), que ya está al límite, de acuerdo con Taylor.
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Sanidad británico, dijo que anteriormente el gobierno ya había estado apoyando a los hogares. Comentó que se otorgó u paquete de 37.000 millones de libras (44.000 millones de dólares) anunciado en mayo. Adicionalmente, se continúa trabajando para aumentar la capacidad del NHS.
El promedio anual en la factura de energía de los hogares británicos, incluyendo gas y electricidad, podría volver a duplicarse. Esto significaría superar las 4.000 libras (4.766 dólares) para enero, agravando la inflación, la cual ya había superado el 10% en julio.
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La semana pasada, Johnson y su gobierno dieron declaraciones ante la creciente presión. Dijo estar trabajando en un paquete de apoyo por el alza de los precios en la vida promedio y que estos sean considerados por el primer ministro. A esto, el Partido Laborista de la oposición quiere pedirle al Parlamento que las facturas energéticas sean congeladas.
