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Gas Natural: pilar estratégico para seguridad energética y competitividad regional

Gas Natural: pilar estratégico para seguridad energética y competitividad regional

Gas Natural: pilar estratégico para la integración, la seguridad energética y la competitividad regional

La relación entre México y Estados Unidos se ha consolidado como una de las más dinámicas e interdependientes del mundo, sostenida por vínculos históricos y estructurales en los ámbitos económico, político y social.

En este entramado, el sector energético ha adquirido una centralidad estratégica. Particularmente por su papel como catalizador del crecimiento económico, la seguridad regional y la integración productiva de América del Norte. Dentro de este escenario, el gas natural ha emergido como un recurso clave no solo por su abundancia y costo competitivo. Sino por su capacidad para acompañar la transición hacia sistemas energéticos más sostenibles, resilientes y flexibles.

México se ha consolidado como uno de los principales destinos del gas natural estadounidense. Absorbiendo cerca del 30% de las exportaciones de ese país, según cifras de la Energy Information Administration.

Este flujo energético ha sido fundamental para abastecer sectores críticos como el eléctrico, el industrial y el petroquímico. Al tiempo que ha generado una dinámica virtuosa de integración regional. México importa gas natural, lo transforma en productos de alto valor agregado y los exporta, en muchos casos, de regreso al mercado estadounidense. Esta sinergia ha fortalecido la competitividad de ambas economías, propiciando cadenas de valor transfronterizas. Y sentando las bases para un bloque energético-industrial con ventajas comparativas frente a otras regiones del mundo.

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Sin embargo, esta interdependencia energética revela también la necesidad de actuar. México depende en más de un 70% del gas natural que consume de importaciones. Lo que representa una vulnerabilidad estructural frente a eventuales disrupciones en el suministro, ya sea por razones geopolíticas, climáticas o comerciales. Esta dependencia, sumada a una limitada infraestructura de almacenamiento, evidencia la necesidad urgente de fortalecer la seguridad energética nacional.

En este contexto, el gas natural debe ser concebido no solo como un insumo energético esencial, sino como una herramienta estratégica para el desarrollo industrial, la integración regional y la transición energética. Aprovechar plenamente su potencial requiere más que continuar importando. Exige una visión de largo plazo, coherente y estructurada, que articule todos los eslabones de la cadena de valor, desde producción hasta el consumo final.

México necesita avanzar hacia la formulación de una Estrategia Nacional de Gas Natural con enfoque integral. Esta estrategia debe incluir medidas concretas para incrementar la producción nacional, especialmente mediante el desarrollo técnico y ambientalmente responsable de recursos no convencionales, como “Shale”. Con ello se reduciría la dependencia externa, se dinamizarían economías regionales y se crearían empleos calificados en zonas con alto potencial energético.

Paralelamente, resulta indispensable expandir y reforzar la infraestructura de transporte, distribución y procesamiento. Incorporando redes más interconectadas que ofrezcan redundancia operativa, mayor cobertura geográfica y una logística más eficiente. Otro componente central de esta estrategia es el desarrollo de almacenamiento estratégico. Contar con capacidad suficiente no solo permitiría enfrentar emergencias o interrupciones de suministro, sino también gestionar mejor volatilidad de precios internacionales y reducir riesgos operativos.

Gas Natural: AMGN

La suma de estos esfuerzos sólo será viable con un entorno regulatorio predecible, instituciones técnicas sólidas y esquemas de colaboración público-privada que generen confianza y faciliten la movilización de capital. El desarrollo del gas natural requiere inversiones intensivas, horizontes de retorno de largo plazo y coordinación con los objetivos de política industrial, energética y climática. Es necesario transitar hacia un modelo que combine la búsqueda de soberanía energética con integración regional, eficiencia económica y sostenibilidad ambiental.

En este esfuerzo colectivo, la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN) reitera su compromiso permanente con el desarrollo del sector. Como representante de la industria, la AMGN trabaja activamente para aportar su experiencia técnica, compartir mejores prácticas internacionales. Y colaborar estrechamente con las autoridades en el diseño e implementación de un marco regulatorio que promueva un sistema energético competitivo, seguro y sustentable. El objetivo es claro: construir, junto con el gobierno y otros actores, un modelo energético que genere valor para México. Y aproveche plenamente las oportunidades que ofrece el gas natural.

El gas natural no es únicamente un combustible de transición: es un habilitador de la competitividad, la industrialización inteligente y la seguridad energética. Su aprovechamiento responsable puede convertir a México en un nodo clave dentro del sistema energético de América del Norte, posicionándolo como un socio estratégico en un contexto global cada vez más desafiante. Para lograrlo, debemos dejar atrás una visión fragmentada o coyuntural del sector y adoptar una política de Estado con visión de futuro.

Hoy más que nunca, el gas natural representa una oportunidad histórica. Aprovecharla plenamente requerirá liderazgo, planificación estratégica e inversión sostenida. Pero, sobre todo, requerirá voluntad para convertir la riqueza energética del país en una plataforma de desarrollo, integración y prosperidad compartida.

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