Alonso de Llanes

El viraje conservador en la política ambiental: ¿retroceso o nueva oportunidad?

El viraje conservador en la política ambiental: ¿retroceso o nueva oportunidad?
El viraje conservador en la política ambiental: ¿retroceso o nueva oportunidad?

 

Por Alonso Elí de Llanes

 

La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha consolidado un giro conservador en la políticas ambiental y energética a nivel global. Su administración ya ha tomado medidas para revertir regulaciones climáticas. Retirando nuevamente a EE.UU. del Acuerdo de París y promoviendo la expansión de la industria de combustibles fósiles.

 

En Europa, la influencia de esta nueva postura se hace sentir. Emmanuel Macron ha comenzado a cuestionar los objetivos del Green Deal europeo. Abriendo la puerta a renegociaciones que podrían flexibilizar los compromisos climáticos.

 

Este cambio de rumbo afecta directamente los acuerdos internacionales, incluyendo los compromisos ambientales de México con la Unión Europea. Una menor presión regulatoria podría significar menos incentivos para la transición ecológica. Pero esto no exime a empresas, gobiernos locales y ciudadanos de su responsabilidad con el planeta.

 

La sostenibilidad no puede depender exclusivamente de las regulaciones. Independientemente del marco normativo, la protección ambiental es un compromiso intergeneracional. No se trata solo de cumplir con obligaciones impuestas por los gobiernos, sino de asumir un deber ético y estratégico hacia las futuras generaciones.

El sector privado, en particular, enfrenta una disyuntiva clave. A pesar de la relajación de normativas, los inversores siguen demandando criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). Y los consumidores exigen transparencia y responsabilidad ecológica. Aquellas empresas que continúen apostando por la innovación sostenible podrán consolidar su competitividad a largo plazo.

 

Lee el artículo completo aquí: El viraje conservador en la política ambiental

 

Mientras tanto, la transición energética sigue siendo una necesidad estratégica. La electrificación del transporte, el desarrollo de energías renovables y la economía circular no pueden depender de la agenda política del momento. México, en particular, debe replantear su estrategia climática con inteligencia para no quedar rezagado en la economía verde global.

 

En definitiva, la relajación regulatoria no es una excusa para la inacción. La protección del planeta es una responsabilidad colectiva que trasciende los vaivenes políticos. El futuro de la sostenibilidad dependerá de quienes estén dispuestos a actuar, independientemente del color del gobierno de turno.

 

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