El mundo enfrenta el reto urgente y compartido de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y transitar hacia modelos productivos sostenibles. En América Latina, donde más del 60% de la energía primaria aún proviene de fuentes fósiles, el camino hacia la descarbonización es tan complejo como inevitable. La industria —responsable del 23% del consumo energético total en la región— se encuentra en el centro de esta transformación ecológica, presionada por los gobiernos, los marcos regulatorios, inversionistas, consumidores y sus propias cadenas de valor.
Hoy, además de enfocarse en la eficiencia operativa y financiera, las empresas integran el desempeño ambiental. Como un factor estratégico que influye directamente en su competitividad, reputación y productividad. En ese contexto, la eficiencia energética se convierte en un eje clave. Implica utilizar menos energía para mantener —o incluso aumentar— los niveles de producción, mediante la optimización de procesos, la reducción de desperdicios y decisiones inteligentes a lo largo de toda la cadena operativa.
Si bien es posible iniciar con acciones sencillas, como apagar las luces o desconectar equipos, lograr un impacto real requiere una visión a largo plazo. Incluyendo, el uso de tecnología adecuada y el acompañamiento técnico especializado, especialmente cuando se trata de su aplicación en la industria. Esto abarca desde auditorías de consumo y rediseño de sistemas, hasta aprovechamiento de residuos para generación eléctrica y/o térmica y la incorporación de fuentes renovables.
Más que una serie de medidas aisladas, se trata de construir una estrategia integral, alineada con los objetivos de negocio y orientada al valor sostenible.
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Una de las soluciones más innovadoras que está transformando el uso de energía en América Latina es el modelo Cooling as a Service (CaaS). Es impulsado por Veolia —empresa global especializada en soluciones para alcanzar la transformación ecológica—. Este modelo ofrece un cambio radical: en lugar de que las empresas compren, instalen y mantengan sus propios sistemas de enfriamiento, Veolia les brinda una solución completa.
CaaS permite a las industrias mantener condiciones óptimas de refrigeración, sin sobrecostos ni riesgos operativos, y con garantías de eficiencia desde el primer día. Gracias a sistemas inteligentes de monitoreo como Hubgrade, la operación se controla en tiempo real. Detectando desviaciones, ajustando parámetros y asegurando el cumplimiento regulatorio. Esta visión se complementa con esquemas de cogeneración, biomasa y biogás, que permiten producir electricidad y calor y/o frío útil. A partir de residuos, alcanzando eficiencias de entre 75% y 80% y reduciendo las emisiones de CO₂ en casi un tercio.
Un caso emblemático de esta visión es el proyecto que Veolia desarrolló en Barcelona junto con Enagás y el Ayuntamiento de la ciudad. Allí, por primera vez, se implementó una red urbana de refrigeración que aprovecha el frío residual de una terminal de gas natural licuado. En lugar de desecharlo, ese frío se canaliza y reutiliza para climatizar edificios públicos, ferias, zonas industriales y, próximamente, uno de los mercados mayoristas más grandes de Europa: Mercabarna.
La solución genera 131 GWh de energía sostenible al año y evita la emisión de más de 32,000 toneladas de CO₂. Lo equivalente a 110 vuelos transatlánticos de ida y vuelta.
Veolia Enagás
Además de su impacto ambiental, este modelo abre la puerta a una nueva forma de pensar la energía: descentralizada, circular y adaptada al entorno. Hoy, Veolia y Enagás trabajan en replicar esta solución en otras regiones del mundo, demostrando que la eficiencia energética también es escalable.
En México, Veolia materializa esta visión a través de un enfoque integral que acompaña a las empresas en su ruta hacia la transformación ecológica. El proceso comienza con el levantamiento de datos y la caracterización del consumo energético, seguido por el diseño técnico, financiero y legal de soluciones adaptadas a las particularidades de cada industria. Esta metodología abarca desde la operación y el mantenimiento de sistemas, hasta el diseño, construcción y modernización de instalaciones. Así como la integración de fuentes de energía renovable y el monitoreo, control y reporte en tiempo real del desempeño energético.
Al integrar ingeniería, tecnología y una gestión energética activa, las empresas pueden reducir costos operativos. Asegurar el cumplimiento regulatorio y consolidar su posición en un entorno cada vez más enfocado en la sostenibilidad. El objetivo es claro: optimizar el uso de la energía para generar productividad, fortalecer el desempeño ambiental y construir valor a largo plazo.
En un contexto donde la eficiencia energética ya no es una aspiración futura, sino una condición actual del mercado. Tomar decisiones basadas en datos y orientadas al impacto se ha convertido en una ventaja competitiva concreta. Con Veolia, esa decisión se transforma en resultados tangibles, sostenibles y medibles que impulsan el crecimiento de tu negocio y te posicionan a la vanguardia de cualquier sector.