La caracterización de bancos oolíticos profundos, una oportunidad en facies sedimentarias del Kimmeridgiano.
El modelo geocelular 3D del campo se realizó mediante la integración de la interpretación estructural realizada en el cubo sísmico Anisotrópico PSDM en profundidad.
Durante el estudio se utilizaron como datos de entrada los marcadores de las formaciones, horizontes y fallas; además, información petrofísica como: porosidad efectiva, saturación de agua, volumen de arcilla, relación net/pay y litofacies.
Asimismo, la construcción del modelo sedimentario-estratigráfico generado a partir del análisis detallado de láminas delgadas, núcleos y registros geofísicos fue parte importante para el sentido geológico del propagado de propiedades.
Se escalaron y poblaron las propiedades de porosidad efectiva, saturación de agua y volumen de arcilla mediante el método estocástico Sequential Gaussian Simulation (SGS). A partir del ajuste de variogramas y tendencias, posteriormente se generó un poblado de litofacies a partir de la curva volumen de dolomía y una distribución de facies sedimentarias.
Con todos estos parámetros se procedió a obtener el espesor impregnado (Net/Pay) a partir de los paramateros de corte establecidos en las evaluaciones petrofísicas a nivel del Jurásico Superior Kimmeridgiano.
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Del mismo modo, se procedió a realizar el Cálculo de Volumen Original considerando varios escenarios en base a un C.A.A.O. Un área delimitada por cierres estructurales así como con la información histórica de producción de los campos.
Durante el estudio se evaluó el campo “J”, que cubre un área de 26.7 kilómetros cuadrados, está geográficamente ubicado en el estado de Tabasco. Geológicamente se localiza en la provincia petrolera Sureste del Pilar Reforma-Akal, dentro de la cuenca de Comalcalco, específicamente en la provincia de Chiapas-Tabasco.
La reinterpretación del modelo sísmico-estructural en el cubo PSDM Anisotrópico, la definición y delimitación del cuerpo salino, la interpretación sísmico-estratigráfico de los sistemas progradantes de Bancos Ooliticos y la construcción del modelo sedimentario dieron la pauta en la actualización y definición de un modelo geológico más certero.
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Asimismo, la generación del modelo geocelular contribuyó para la caracterización de los bancos oolíticos interpretados en el cubo sísmico PSDM Anisotrópico. Lo anterior se realizó mediante la propagación de propiedades petrofísicas de un sedupozo con datos análogos.
Sin embargo, para el caso del Banco Oolitico “J” (BO”J”) se utilizó el pozo J25 y para el Banco Oolitico “K” (BOP) el pozo K1; de esta manera se pudo estimar y cuantificar una reserva remanente para cada zona.
Los ingenieros Oscar Daniel Rodríguez Silva, Julieta Hernández Ramírez y Dante Israel Granados Vázquez presentaron el trabajo en el Congreso Mexicano del Petróleo (CMP).