Almacenamiento de energía: indispensable para integrar a las renovables variables: Por Valeria Amezcua Santillán.
La década pasada presenciamos el fortalecimiento de las energías renovables (solar yeólica principalmente). Su integración acelerada modificó la forma de operar los sistemas eléctricos.
Esta década es sin duda, la década del almacenamiento de energía, precisamente por su capacidad de contribuir a integrar más generación renovable. Y es que, para mitigar la variabilidad de las renovables (disponibilidad), existen tecnologías de rápida respuesta como las baterías electroquímicas y los volantes de inercia.
Además, para desplazar grandes cantidades de generación solar a la noche (time shifting), existen tecnologías maduras como el almacenamiento de calor (solaro de otra fuente). Y las que absorben o generan electricidad mediante el movimiento de objetos como son el agua (hidroeléctricas de bombeo) o bloques (energía gravitacional).
Ahora bien, para comercializar estas soluciones y aumentar su oferta, se requiere que los mercados eléctricos reconozcan estas nuevas “habilidades” y su valor para los operadores de la red.
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Desde la creación de los mercados eléctricos a finales del siglo pasado, se diseñaron los servicios conexos. Aquellos que permiten atender las problemáticas de balanceo de la red, basados en las tecnologías de la época. Así, si bien ya existen tecnologías maduras de almacenamiento, resulta indispensable adaptar las reglas de los mercados eléctricos. Se requieren nuevos servicios conexos que reconozcan la calidad y velocidad que las tecnologías actuales pueden brindar.
Y sobre todo, que reflejen la necesidad de incorporarlas como herramientas clave paraatender uno de los retos más grandes del siglo XXI: la descarbonización del sector energético