El ahorro ha llegado a París, ya que se han desplegado activistas que circulan las calles de la ciudad pasada la media noche. Su objetivo es hacer todo lo que sea necesario, desde escalar paredes hasta colgarse en tuberías, con el fin de llegar a los interruptores y apagar luces.
Este es un gesto que a gran escala puede no tener sentido, pero que en verdad esconde un trasfondo mucho más profundo. Los europeos están haciendo un enorme esfuerzo para ahorrar energía con tal de reducir la dependencia que tienen a petróleo y el gas natural ruso.
Una de las mayores preocupación de la población son las fábricas, las cuales podrían verse en la necesidad de cerrar si no se genera un cambio. Esto sin contar las viviendas, las cuales deben mantenerse calientes e iluminadas.
Pero dichos activistas llevan ya un largo tiempo combatiendo el derroche de energía en las calles parisinas. El ingeniero Kevin Ha, acompañado por más personas preocupadas por este problema, llevan realizando estos apagones desde mucho antes de que Rusia redujera su suministro. Este movimiento ha tomado fuerza en países como Francia y Alemania y continúa tomando fuerza en todo el continente.
“Cualquiera puede tener un impacto positivo a su nivel al adoptar buenas prácticas, hacer lo correcto para reducir su consumo total de energía”, dijo Ha. Un mensaje que los funcionarios públicos ahora están replicando.
Sin embargo, el panorama que enfrenta Europa es complejo, ya que en invierno se teme que se vuelva más frío, oscuro e improductivo. Según las autoridades, el ahorro de gas es indispensable para utilizarlo más adelante en donde más se necesite.
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“Europa debe estar lista”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Para superar el invierno, suponiendo que haya un corte total del gas ruso, tenemos que ahorrar gas para llenar nuestros almacenes de gas más rápido. Y para hacerlo, tenemos que reducir nuestro consumo de gas. Sé que es mucho pedir para toda la Unión Europea, pero es necesario para protegernos».