“¿México vive en un momento clave en su matriz energética, con retos de seguridad y suministro y compromisos de descarbonización? ¿Cómo equilibran en sus estrategias la inversión en renovables con la necesidad de mantener calidad y costos competitivos en el sistema eléctrico?”, planteó Scott Squires, especialista de energía de Bloomberg News, para abrir la conversación durante el Foro New Energy Outlook 2025 de BloombergNEF.
La mesa —con Adalberto García (AES), Katya Somohano (Iberdrola México) y Abraham Zamora (SEMPRA Global)— coincidió: el país requiere una transición acelerada, pero sustentada en seguridad energética, reglas claras y despliegue de infraestructura.
El gas natural como columna de flexibilidad y competitividad
Abraham Zamora fue tajante sobre el rol del gas: “El gas natural tiene un rol en la transición; se dice que es el combustible de la transición energética porque desplaza combustibles más contaminantes y da respaldo a la confiabilidad del sistema”. Recordó la huella de SEMPRA en México —transporte de gas, almacenamiento y cerca de 2 GW de generación a gas— y subrayó su peso industrial: “Hay industrias intensivas en calor, como el cemento y el vidrio, que lo utilizan; también los nuevos data centers requieren energía continua”.
Zamora ancló la discusión en costos y disponibilidad: “Hay suficiente gas en Estados Unidos para cubrir la demanda de Estados Unidos y de México por alrededor de 60 años”, y añadió: “El precio que paga México por el gas natural llega a ser hasta cuatro veces más barato que en otras regiones del mundo”. Concluyó con una advertencia institucional: “Necesitamos un plan de largo plazo para el gas… que agrupe producción, transporte, distribución y almacenamiento”.
Innovación, red y almacenamiento: la ecuación de costos ha cambiado
Para Katya Somohano, el punto de partida es el potencial del país: “Tenemos que ser un país sostenible porque hay todo para poderlo hacer”. Ese “todo” combina recursos naturales, cercanía al gas más barato del mundo y, sobre todo, tecnología e inversión: “Tenemos que hacer uso de la innovación en materia de tecnología y de la inversión”.
La ejecutiva puso el acento en la infraestructura del sistema: “La sostenibilidad pasa por contar con una red eléctrica suficiente para dar cabida a las tecnologías renovables… la incorporación del almacenamiento como solución… y las soluciones behind the meter para aliviar restricciones”. También celebró avances normativos recientes: “La regulación… incorpora elementos fundamentales para una transición energética exitosa”. Su mensaje final fue un llamado operativo: “Es el momento ya de apostar todo a energía”.
Lecciones de la geopolítica y demanda futura: combinar tecnologías
Adalberto García enmarcó la planeación en tres tiempos: “La geopolítica nos reveló cómo la dependencia puede ser vulnerabilidad”. Del presente dijo: “La matriz energética de México está en un momento débil; tuvimos más de seis años de incertidumbre que detuvieron las inversiones, también en transmisión”. Y del futuro alertó: “Se espera que para 2050 se triplique el consumo energético… y que los centros de datos con inteligencia artificial sean demandantes excesivos en energía y refrigeración”.
Su receta tecnológica evita simplificaciones: “La combinación perfecta es renovable con batería más gas natural”. Mientras maduran otras opciones —“reactores nucleares modulares” y “geotermia avanzada”— pidió reglas operables: “Necesitamos un mercado transparente y trazable, no discriminatorio, con criterios y manuales que den claridad y visibilidad”.
Marco regulatorio: certidumbre y roles definidos
En política pública, Zamora destacó un cambio de fondo: “Ahora alinea la política energética con el marco normativo… eso da predictibilidad”. También explicitó el modelo: “La preferencia por las empresas públicas… y la inversión privada es complementaria”. Para atraer capital de largo plazo, pidió celeridad y señales económicas: “Hay que acelerar el despliegue de la infraestructura… y establecer condiciones para que las inversiones privadas recuperen su inversión con rendimientos razonables”.
García añadió un punto clave de implementación: “La transición va a venir a través de cómo la planificación vinculante incorpore la combinación de renovable con batería… y dé espacio a nuevas tecnologías”.
Transmisión: urgencia sistémica y soluciones de corto plazo
El cuello de botella es conocido. García lo cuantificó: “Hoy por hoy… se vuelve urgente la inversión en transmisión”. Propuso mecanismos de colaboración: “El sector privado puede financiar y mantener la propiedad del lado del sector estatal”, sin alterar la reserva constitucional. Pero avisó de los tiempos físicos: “Cualquier inversión en transmisión… toma 4 a 6 años”. Por ello, pidió medidas inmediatas: “Flexibilizar el autoconsumo con conexión a la red… y trabajar en el almacenamiento”. El costo de no hacerlo es tangible: “Gastamos en congestión entre medio billón y 1 billón de dólares anuales”.
Somohano reforzó la visión integral: “Nuestra red eléctrica… no estaba preparada para incorporar las energías renovables”. La respuesta, dijo, combina “modernización y expansión”, gestión inteligente de redes y baterías que “maximizan el uso de la red en momentos críticos”.
Nuevas fronteras: geotermia, hibridaciones y regionalización
Las oportunidades tecnológicas no son monolíticas. Somohano abrió el abanico: “México es el cuarto país en el mundo con potencial geotérmico… es una energía renovable que aporta confiabilidad”. También vislumbró “hibridaciones” para liberar capacidad y adaptarse a las características regionales de recursos y demanda. García acotó el alcance del hidrógeno: “El hidrógeno verde tiene su nicho… en el cemento, en el acero”.
Ventaja de Norteamérica e integración energética
El vector competitivo pasa por la región, subrayó Zamora: “Ser parte de Norteamérica es una ventaja enorme… tenemos la cuenca de gas más abundante del mundo”. La consigna estratégica: “Profundizar la integración energética” para combinar transición y seguridad.
La foto que dejó la mesa es acelerar renovables y almacenamiento, sostener la flexibilidad con gas competitivo, modernizar la red y desbloquear inversión bajo criterios transparentes. Como sintetizó Somohano, “el llamado a la acción es ahora”. Y como advirtió García, sin medidas de corto plazo y planeación trazable, la demanda —sobre todo digital— corre más rápido que la infraestructura. Entre seguridad, costos y descarbonización, el “Nuevo Panorama Energético 2025” para México exige pasar del diagnóstico a la ejecución.
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