Un nuevo panorama de la seguridad energética: desafíos y oportunidades para hoy y el futuro
Por Rubí Alvarado
Sobre el tema de “Desafíos de la Seguridad Energética: Hoy y Mañana”, durante CERAWeek se debatió como uno de los puntos más urgentes y estratégicos de nuestro tiempo: asegurar la energía que necesitamos hoy sin comprometer la construcción de un futuro sostenible.
La visión global: un balance entre el presente y el mañana
Durante la sesión, Carlos Pascual, Senior Vice President, Geopolitics and International Affairs de S&P Global, enfatizó el doble reto que enfrentamos: “Necesitamos satisfacer la demanda energética actual, pero también debemos construir la economía energética del futuro. Ambas cosas son esenciales para crear empleos y mantener la energía a precios asequibles, y ambas deben hacerse de forma paralela”. Este planteamiento encapsula la tensión entre la necesidad inmediata de combustibles fósiles y la urgencia de implementar soluciones energéticas basadas en fuentes renovables y tecnología de bajas emisiones.
La historia reciente, marcada por la invasión rusa a Ucrania y la consecuente disrupción en los flujos de gas y petróleo, ha replanteado la percepción de “seguridad energética” en los diferentes continentes. El consenso en la conferencia fue claro: la seguridad energética es inseparable de la seguridad nacional, la estabilidad económica y el compromiso de reducir emisiones contaminantes.
La perspectiva de la AIE: diversificar para asegurar
Dr. Fatih Birol, Executive Director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), fue contundente al afirmar que la definición de seguridad energética está en plena transformación: “La seguridad energética aún se centra en el petróleo y el gas, pero hoy incluye también la electricidad y los minerales críticos. El futuro de la seguridad pasa por la diversificación, no solo del suministro de combustibles, sino de las cadenas de suministro de tecnologías limpias”.

Según Birol, el incidente de la invasión a Ucrania hace tres años dejó en evidencia la vulnerabilidad europea y la necesidad de proponer acciones concretas de contingencia: “Apenas a una semana de iniciada la invasión, presentamos nuestro plan de diez puntos para Europa, con medidas que incluían acelerar la instalación de renovables, optimizar la eficiencia energética, extender la vida útil de centrales nucleares y buscar suministros de GNL en otros países”.
Este ejemplo europeo sirvió, a juicio de Birol, como catalizador de cambio. La AIE, tradicionalmente enfocada en la seguridad del petróleo, ha ampliado sus áreas de análisis para monitorear los mercados de gas natural, electricidad y, cada vez con mayor énfasis, minerales clave como cobre, litio, cobalto y níquel. “Publicamos reportes periódicos de petróleo y gas, pero también de minerales críticos, porque la seguridad energética del futuro exige una diversificación en la producción y refinación de estos recursos”, recalcó.
Marruecos: hub renovable y puente entre continentes
En representación de Marruecos, la Dra. Leila Benali, Ministry of Energy Transition and Sustainable Development, describió los pilares que su país ha seguido para equilibrar su propio desarrollo y, simultáneamente, contribuir a la transición global. “Somos el único país africano que se encuentra interconectado, tanto en gas como en electricidad, con Europa y con la cuenca atlántica, y esto nos brinda una posición única como puente energético. Pero también precisamos escapar de la trampa de los países de ingreso medio y desarrollar nuestras propias capacidades industriales”, señaló.
Benali destacó que la independencia y la asequibilidad son ejes estratégicos: “Nos gusta considerarnos como el ‘Golfo de México’ de las energías renovables y tecnologías verdes. Pero para que esto funcione necesitamos un financiamiento libre de sesgos. Como comenté en Glasgow, la ideología no tiene cabida en la financiación energética; necesitamos pragmatismo y soluciones inmediatas”.
Un ejemplo ilustrativo fue la reversión del flujo del gasoducto transcontinental tras el corte de gas argelino. “Cuatro meses antes de la guerra en Ucrania, ya estábamos enfrentando nuestro propio reto de suministro, cuando Argelia decidió cortar el gas a España y eso implicó perder el tránsito que abastecía 15% de la capacidad instalada de Marruecos. Logramos reversar el flujo, posibilitando la entrada de gas desde Europa hacia África. Este tipo de flexibilidad y la inversión en infraestructura son la base para la seguridad energética de todos”.
Europa ante la crisis: independencia y competitividad
El Comisionado de Energía y Residencia de la Comisión Europea, Dan Jørgensen, profundizó en la forma en que la Unión Europea respondió a la crisis energética desatada por la invasión rusa. “La seguridad energética en Europa tiene dos dimensiones principales: primero, no queremos depender de un agresor como Rusia, que en febrero de 2022 nos abastecía del 45% de nuestro gas. Logramos reducir esa dependencia a 13% en un año”, afirmó. Entre las medidas mencionadas destacaron la rápida implantación de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la búsqueda de alternativas como el biogás y la diversificación de suministros de GNL, en gran parte proveniente de Estados Unidos y Noruega.

Jørgensen enfatizó también el aspecto económico de la transición: “Para nosotros, la transición verde no perjudica nuestra competitividad; al contrario, la fomenta. La energía solar es más barata que el carbón y estamos implementando reglas de permisos más ágiles para renovables. Hemos calculado que, al mantener el rumbo hacia la energía limpia, ahorraremos 45 mil millones de euros este año, 130 mil millones de euros anuales para 2030 y 160 mil millones para 2040. Estas no son proyecciones fantasiosas, sino escenarios basados en lo ya acordado”.
La apuesta de Europa incluye nuevas herramientas para reducir riesgos en la inversión (derisking), ampliar los acuerdos de compraventa de energía (PPAs) y, eventualmente, desacoplar los precios del gas de la electricidad en el mercado minorista. “Mi equipo está trabajando en un plan de inversiones limpias y en una hoja de ruta para liberarnos al 100% del gas ruso. Además, no queremos seguir ‘llenando la caja de guerra’ de Rusia; estimamos que solo en 2022, lo pagado a Rusia en combustibles equivale al costo de 2,400 aviones de combate F-35. Necesitamos cortar esa dependencia para garantizar nuestra seguridad”, subrayó Jørgensen.
Egipto y su rol en la industria africana
Por su parte, Su Excelencia Karim Badawi, del Ministry of Petroleum and Mineral Resources de Egipto, habló de la posición estratégica de su país como nodo entre Oriente Medio, África y Europa. Egipto, con más de 120 millones de habitantes, cuenta con infraestructura de carreteras, ferrocarriles, puertos y un sector industrial diversificado. “Nuestra visión es consolidarnos como hub energético para África y Europa. Para ello, estamos impulsando seis pilares fundamentales”, explicó.

El primero es incrementar la producción de petróleo y gas, dado que, en sus palabras, “el petróleo y el gas seguirán siendo componentes principales de la matriz energética durante décadas”. El segundo pilar se centra en mejorar las instalaciones y capacidades de refinación y exportación de GNL, no solo para Egipto, sino como plataforma de exportación para el Mediterráneo Oriental y el resto de África. El tercero es impulsar la minería, cuya contribución al PIB egipcio es de apenas 1%, con planes para elevarla a 5 o 6% mediante el fomento de la exploración y la inversión en procesamiento de minerales.
El cuarto pilar es revisar la estrategia de generación eléctrica del país, aumentando la proporción de energías renovables hasta un 42% en 2030 y combinándolas con gas natural para garantizar la estabilidad de la red. La eficiencia energética y la salud ocupacional constituyen el quinto punto clave, mientras que la cooperación regional cierra el círculo de prioridades: “Trabajamos de la mano de nuestros vecinos. Ejemplo de ello es el gas de Chipre, que puede transitar por nuestra infraestructura para llegar a Europa, o la refinación de crudo africano en nuestras instalaciones. Solo con colaboración internacional logramos una verdadera seguridad energética”, puntualizó Badawi.
Nuevas tecnologías, competitividad y financiamiento
La discusión también abordó la necesidad de innovar en tecnologías de cero emisiones y la importancia de la infraestructura que soporte dicha innovación. “¿Qué tan rápido podemos desarrollar y escalar tecnologías competitivas de cero emisiones? ¿Cómo aseguramos el financiamiento y la infraestructura necesaria para que los países en desarrollo puedan incorporarse a esta transición?”, cuestionó Carlos Pascual, remarcando que estos interrogantes definirán nuestra ruta hacia la seguridad y la sostenibilidad.
El debate evidenció que el financiamiento, lejos de ser neutro, muchas veces es guiado por prejuicios e intereses geopolíticos. “La neutralidad en la financiación es crucial para que países como Marruecos o Egipto puedan agregar la capacidad gasista o renovable que requieren hoy, sin perder de vista el mañana”, remarcó la Dra. Benali, recordando lo vivido en Glasgow cuando pidió apoyo específico para sustituir el carbón por gas en su país.
Para Europa, la estrategia de financiamiento pasa por la de-riesganza de inversiones y la claridad regulatoria a largo plazo, porque, en palabras de Jørgensen, “las empresas necesitan previsibilidad y normas estables”. Mientras, Egipto y Marruecos enfatizan la urgencia de crear “corredores energéticos” que permitan mover moléculas de gas o electricidad renovable a escala regional e internacional, contando con subvenciones y créditos flexibles que permitan costear la infraestructura necesaria.
Hacia un paradigma que una seguridad y transición
A lo largo de la conferencia, se constató un consenso: la seguridad energética no es un concepto estático centrado únicamente en combustibles fósiles. Hoy abarca también la producción, el procesamiento y el transporte de minerales críticos, la diversificación de insumos, la construcción de redes e interconexiones eléctricas, y la integración de tecnologías renovables.
“Si seguimos este camino, y lo hacemos con pragmatismo, lograremos mantener la luz encendida, impulsar la competitividad industrial y transitar hacia una economía con menos emisiones de carbono”, concluyó Birol. Dan Jørgensen insistió en que la independencia del gas ruso no solo es un asunto de seguridad, sino también un factor económico decisivo para la Unión Europea. En esa misma línea, Benali subrayó la importancia de no caer en visiones ideológicas: “La transición energética se gana con acciones concretas, con financiamiento realista y con proyectos que integren a varios países”, afirmó.
Egipto, según Badawi, continuará promoviendo inversiones en todos los frentes, incluyendo exploración de hidrocarburos, desarrollo petroquímico y tecnologías limpias. Para convertirse en el gran corredor energético de África y el Mediterráneo. Finalmente, Carlos Pascual sintetizó el espíritu de la conferencia: “Necesitamos alianzas sólidas entre gobiernos, industria y sociedad civil. Solo así podremos resolver los desafíos de la demanda actual y, al mismo tiempo, construir el futuro de la energía”.
La respuesta, en definitiva, se basa en un delicado equilibrio entre producir la energía que demanda la economía global hoy y, al mismo tiempo, diseñar el andamiaje de la transición hacia tecnologías y recursos de bajas emisiones. La urgencia de un entorno geopolítico convulso impulsa a la comunidad internacional a colaborar para lograr inversiones colosales en infraestructura. Proyectos renovables, exploración y eficiencia energética. El resultado final no solo repercutirá en la seguridad nacional de cada país. Sino que definirá la competitividad industrial, la estabilidad de los precios y el bienestar de los ciudadanos.
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