Rosalba Ulate, Vicepresidente de HSES en Harbour Energy: Si bien, históricamente, el sector petrolero ha sido un ámbito liderado en gran medida por hombres, la presencia de mujeres en posiciones estratégicas se ha vuelto esencial para la innovación, la eficiencia y la competitividad de las organizaciones.
Para explorar este tema, conversamos con Rosalba Ulate, Vicepresidente de Seguridad, Salud y Medio Ambiente (HSES, por sus siglas en inglés) en Harbour Energy, quien nos compartió sus experiencias, desafíos y perspectivas en torno al liderazgo femenino y la igualdad de género en la industria de los hidrocarburos.
Enfrentarse al escepticismo
Con una trayectoria de 27 años, Rosalba Ulate inició en el ámbito de petróleo y gas para una compañía de servicios, “empecé como ingeniera de campo en Reynosa, donde fui la primera mujer en desempeñar esa posición”. Sus inicios, asegura, no fueron sencillos, pues debió enfrentarse al escepticismo de colegas y superiores en una industria predominantemente masculina. Sin embargo, su empeño y resultados la llevaron a ocupar diversas posiciones de liderazgo.
“He pasado por diferentes roles y, tras diez o quince años, llegué a puestos gerenciales. He comprobado que, con dedicación y desempeño constante, las mujeres podemos demostrar la capacidad de tomar responsabilidades en altos niveles de la organización”, explica. Esta evolución profesional es un espejo de los cambios que ha vivido la industria energética en los últimos años, donde la incorporación de talento femenino ya no es excepcional, sino una parte esencial de su estrategia de crecimiento.
El valor de la diversidad en las empresas
Para Rosalba, la importancia de la diversidad y la inclusión es innegable. Reconoce que contar con mujeres en equipos de liderazgo genera beneficios tangibles en términos de productividad y creatividad. “Está demostrado que la igualdad de género en los equipos de trabajo trae resultados positivos en la toma de decisiones y en la generación de estrategias. La perspectiva femenina ofrece matices y enfoques que ayudan a resolver problemas de manera más integral”, señala.
En la misma línea, considera que la mayor presencia de mujeres en puestos directivos en la industria del petróleo y el gas no se debe únicamente a la búsqueda de equidad. Responde también a la necesidad de contar con perspectivas diversas en entornos de alta complejidad operativa y de negocio, donde la innovación y la flexibilidad son fundamentales.
Hacia una verdadera igualdad de oportunidades
Rosalba destaca que las empresas tienen un rol central en la promoción de la equidad de género y en la creación de espacios inclusivos, donde las mujeres puedan hacer valer sus competencias al mismo nivel que sus colegas varones. “Estamos en una etapa de transición. Ya se observan más oportunidades, pero aún falta seguir rompiendo paradigmas y prejuicios que han persistido a lo largo de muchas generaciones”, advierte.
Una de las recomendaciones que la ejecutiva hace a las nuevas generaciones de profesionistas femeninas consiste en prestar especial atención a la formación integral. “No basta con obtener un título de ingeniería o conocimientos técnicos sólidos, también es fundamental dominar un segundo idioma, como el inglés, y trabajar en el desarrollo de habilidades interpersonales y de liderazgo”, explica.
Según Ulate, estas ‘soft skills’ —como la capacidad de comunicación, la resolución de conflictos y la gestión de equipos— suelen ser determinantes en la capacidad de liderazgo y la posibilidad de asumir roles de toma de decisiones. “Aconsejo a las mujeres que buscan destacar en la industria que identifiquen sus fortalezas, trabajen en su resiliencia, y que estén siempre abiertas a aprender cosas nuevas. Esa actitud de constante evolución es la que abre puertas”, indica.
Desafiando el status quo en la industria energética
Históricamente, el sector de hidrocarburos ha sido asociado con espacios adversos para las mujeres, en gran medida por la naturaleza de las operaciones de campo y los turnos prolongados. No obstante, conforme se ha ido integrando tecnología y nuevos procesos de operación, han surgido más oportunidades para el talento femenino. “Hoy, las empresas reconocen que la diversidad no solo es positiva en términos de imagen, sino también un factor competitivo y rentable”, recalca.
Más allá de los grandes retos y de la competencia intensa que caracteriza al sector, Rosalba envía un mensaje de optimismo a quienes se plantean incursionar en áreas relacionadas con la energía. “Primero, les diría que confíen en sus capacidades y se preparen bien: estudien, aprendan idiomas y dedíquense a desarrollar las habilidades blandas que serán indispensables en un futuro. Segundo, busquen oportunidades para demostrar su talento y no teman salir de su zona de confort. Deben persistir y no dejar de aprender. Cada paso que den será un avance, no solo para su propia carrera, sino también para abrir camino a otras mujeres”, concluye.