El Futuro de América del Norte: Trump, Sheinbaum y la Crisis Climática
Autor: Alonso Elí de Llanes (o Alonso deLlanes)
La relación trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, que históricamente ha sido clave para el desarrollo económico, social y político de América del Norte, se encuentra en un punto de inflexión. Con Donald Trump de regreso en la Casa Blanca y Claudia Sheinbaum como presidenta de México, los desafíos climáticos de la región podrían ser decisivos para definir el futuro del continente. Y todo esto sin la figura de Justin Trudeau, cuya perspectiva progresista sobre el cambio climático había mantenido una cierta cohesión en la región.
Trump, conocido por sus políticas de negación del cambio climático, probablemente revivirá una agenda de desregulación y expansión de los combustibles fósiles. En su gobierno, es posible que veamos un mayor énfasis en la minería y la explotación petrolera, además de un retroceso en los compromisos internacionales sobre el clima. Esta postura contrasta radicalmente con la de Claudia Sheinbaum, que se ha comprometido a liderar la transición energética de México hacia un modelo más sostenible, basado en energías renovables y un enfoque integral de la ecología.
En este contexto, México acaba de renegociar con éxito su tratado comercial con la Unión Europea, donde el compromiso de proteger el planeta ocupa un lugar central. Este acuerdo no solo refuerza el acceso de México a mercados clave, sino que también coloca a la sostenibilidad en el centro de su política económica. Esto abre una oportunidad histórica para el país: integrar políticas ambientales robustas en su industria y comercio, mientras se adapta a los estándares globales de sostenibilidad.
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Los desafíos para la región son claros. En primer lugar, la falta de unidad frente al cambio climático podría desmantelar esfuerzos importantes, debilitando la cooperación regional. Además, las industrias tradicionales de EE.UU. y México, como el petróleo y la automotriz, se verán presionadas para adoptar prácticas más limpias y sostenibles. Sin embargo, esta transición también ofrece oportunidades. La industria de energías renovables y la tecnología verde podrían convertirse en los nuevos motores económicos de la región, con México a la vanguardia, si sabe aprovechar su potencial.
América del Norte necesita más que nunca una visión común frente a la crisis climática. Sin el liderazgo de Trudeau, la región podría quedar dividida en sus enfoques, amenazando el bienestar de sus ciudadanos y del planeta en su conjunto.
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