Fluvio Ruiz

Pemex: el reto de la seguridad industrial

Pemex: el reto de la seguridad industrial Fluvio Ruíz Alarcón

Al cierre de los primeros nueve meses del presente año y últimos de la anterior administración, Pemex mantuvo un desempeño preocupante en materia de seguridad industrial.

 

En efecto, medido de enero a septiembre de 2024, el índice que mide el número de accidentes incapacitantes, por millón de horas de exposición al riesgo de los trabajadores (índice de frecuencia) tuvo una disminución de 22.2% con respecto al mismo período de 2023, pasando de 0.45 a 0.35. Por su parte, el índice que mide el total de días perdidos por millón de horas hombre trabajadas (índice de gravedad) disminuyó en 19.4%, al pasar de 31 a 25 días en ese mismo lapso.

 

Aunque ambos índices mostraron cierta mejoría con relación al año pasado, lo cierto es que el índice de frecuencia es 34.6% superior. Y el de gravedad 108.3% mayor a los índices respectivos del mismo período de 2018. Dicho de otra manera, los resultados de Pemex durante la administración pasada, en esta materia, no pueden considerarse satisfactorios.

 

En el caso de Deer Park, tal vez por razones metodológicas que valdría la pena explicar, ambos índices muestran valores desconcertantes. De acuerdo al reporte de resultados del tercer trimestre de 2024; durante el tercer trimestre de 2023, el índice de frecuencia fue de 0.56. Mientras que el índice de gravedad fue de cero. Ahora bien, en el trimestre reportado, el índice de frecuencia se incrementó en un ¡794.5%! alcanzando un valor de 5.01. Mientras que el índice de gravedad se elevó a 70.1 días perdidos por millón de horas hombre de exposición al riesgo. Medidos desde enero, ambos índices muestran un grave deterioro: el de frecuencia creció 507.5% y el de gravedad llegó a 81.1 días perdidos.

 

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De alguna manera relacionado con la seguridad industrial, se encuentra el delito de robo de combustibles que padece Petróleos Mexicanos. La información proporcionada con respecto a este ilícito, sugiere que la estrategia adoptada al inicio de la administración anterior, se está agotando y necesita replantearse. Por un lado, en el más reciente reporte trimestral de resultados de nuestra petrolera, se consigna que la pérdida por sustracción de combustibles pasó de 2,110 millones de pesos en el tercer trimestre de 2023, a 5,391 millones de pesos en el mismo trimestre de 2024, lo que significa un incremento del 155.5% en su impacto financiero.

 

Sin embargo, el volumen físico de pérdidas reportadas es exactamente el mismo, tanto como promedio anual para 2023. Como en promedio para cada uno de los tres trimestres del año en curso: 4.7 miles de barriles diarios. Resulta difícil no cuestionar la precisión de estos números con distinta base temporal. Sobre todo cuando la estimación del daño económico ha variado en forma tan significativa.

 

La evolución de los índices de frecuencia y de gravedad, muestra que aún queda mucho por hacer en este rubro fundamental para cualquier empresa. Como sabemos, la petrolera es una industria de alto riesgo. Por lo que es de esperarse que la nueva administración de Pemex le confiera la atención y prioridad que se necesita. Puesto que la seguridad industrial tiene una relación directa con la preservación y cuidado de la integridad física de las y los trabajadores. En esta materia no hay austeridad republicana que valga.

 

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