Timur Gül y Peter Levi, de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), publicaron la importancia de una terminología clara en el sector del hidrógeno.
Sostienen que la falta de un lenguaje normalizado es un obstáculo importante parala inversión y la ampliación de la producción de hidrógeno.
El hidrógeno, un vector energético versátil, tiene potencial para desempeñar unpapel fundamental en la transición energética mundial. Sin embargo, el crecimiento del sector se ve obstaculizado por la falta de un lenguaje común parad escribir los distintos tipos de hidrógeno.
Los autores señalan que los términosactuales-hidrógeno «gris», «azul» y «verde»-no se entienden ni aceptanuniversalmente. El hidrógeno «gris», producido a partir de gas natural mediante reformado de metano con vapor, es el más común, pero también el que más carbono consume.
El hidrógeno «azul», también derivado del gas natural, implica la captura y almacenamiento de carbono para reducir las emisiones.
En tanto, el hidrógeno «verde», producido mediante electrólisis alimentada por energías renovables, es el más respetuoso con el medioambiente. Pero también el más caro.
Gül y Levi sostienen que estos términos suelen utilizarse o entenderse mal, lo que genera confusión entre los inversores, los responsables políticos y el público. Esta confusión puede dar lugar a una mala asignación de recursos y a la pérdida de oportunidades para el sector.
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Los autores proponen una solución: un sistema terminológico normalizado, claro y transparente. Este sistema aportaría claridad a los inversores, permitiéndoles tomar decisiones con conocimiento de causa. También ayudaría a los responsables políticos a diseñar normativas e incentivos eficaces para promover la producción de este insumo bajo en carbono.
Los autores también subrayan la necesidad de un sólido sistema de certificación para verificar el contenido de carbono del hidrógeno. Esto garantizaría que el hidrógeno «verde» es realmente verde y que el hidrógeno «azul» cumple ciertas normas de emisión. Un sistema de este tipo generaría confianza y credibilidad en el mercado, lo que fomentaría aún más la inversión.
A medida que el mundo busca la transición hacia fuentes de energía más limpias, es crucial que establezcamos un lenguaje común para guiar nuestros esfuerzos. Sólo entonces podremos aprovechar plenamente el poder de este insumo para alimentar nuestro futuro.