Lecciones y aprendizajes de la pandemia. Por: Women’s Energy Network (WEN) México
A más de un año del confinamiento en respuesta a la pandemia del virus COVID-19; el mundo y en este caso la industria petrolera, puede mirar en retrospectiva e identificar las lecciones aprendidas.
Si bien las actividades de petroleras y el suministro energético que de ellas se desprende fueron catalogadas como “actividades esenciales”; resultó que no solo debíamos considerar a estas empresas del sector, sino a la cadena de proveeduría que hacía posible la continuidad de sus operaciones; siendo evidente la necesidad de un criterio enfocado en objetivos y no una tajante categorización.
Aprendimos que, cuando se trata de un riesgo de contagio, la respuesta inmediata y hasta natural fue la capacidad de aprendizaje y reacción. Las empresas aprendieron de forma acelerada todo lo relacionado con medios de protección, tanto físicos como emocionales; dando como resultado la adaptabilidad para incorporar nuevos procedimientos de operación, tanto en el campo petrolero como tareas homeoffice.
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En México se aceleraron las reformas a la Ley Federal del Trabajo en materia de Teletrabajo. Las herramientas digitales fueron el elemento para esta capacidad de adaptación. No fue un tema de automatización de procesos o nuevas tecnologías; fue el mismo trabajador, mismas herramientas: teléfono, laptop y conexión a internet; logrando objetivos personales y organizacionales desde cualquier parte del mundo rompiendo viejos paradigmas de trabajo.
La capacidad de adaptación fue el acierto, ¿cómo fue posible? comunicando y monitoreando, en tiempo real, acciones, medidas, estado salud de cada colaborador; tanto en el campo petrolero como desde casa. Esto no solo permitió la continuidad de operaciones; sino un acercamiento más humano para enfrentar esta pandemia