Recientemente, el consorcio integrado por Petróleos Mexicanos (Pemex), Talos Energy y Harbour Energy presentó ante la Comisión Nacional de Energía (CNE) un plan de desarrollo actualizado para el campo Zama, considerado uno de los proyectos petroleros más relevantes del país. La propuesta busca mejorar la eficiencia de capital sin modificar la meta de producción originalmente establecida, de acuerdo con información de los socios.
En su reporte trimestral, Harbour Energy detalló que el consorcio sometió al regulador un esquema de desarrollo por fases más eficiente, orientado a optimizar el uso de recursos y acelerar procesos clave. Zama cuenta con reservas estimadas en 750 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, con una participación distribuida entre Pemex, empresa pública del Estado (50.43%), Harbour Energy (32.22%) y Talos Energy (17.35%).
Las proyecciones indican que el yacimiento podría alcanzar un pico de producción cercano a 180 mil barriles diarios de crudo ligero, equivalente a alrededor del 10% de la producción nacional. Para lograrlo, el plan contempla el desarrollo de dos plataformas costa afuera y un total de 46 pozos productores e inyectores.
El esquema actualizado describe una arquitectura operativa integrada, que incluye un oleogasoducto para transportar la producción hacia nuevas instalaciones en la Terminal Marítima de Dos Bocas, donde se realizará el procesamiento y manejo del crudo. Asimismo, se prevé el aprovechamiento del gas asociado para generación eléctrica onshore, con el objetivo de reducir la intensidad de gases de efecto invernadero (GEI) y maximizar el uso de infraestructura existente para almacenamiento y transporte.
Te puede interesar: Trion y Zama: proyectos estratégicos de Pemex en alianza con la Iniciativa Privada
Desde su descubrimiento en 2017, Zama ha enfrentado retrasos derivados de desacuerdos operativos y ajustes de ingeniería, lo que ha pospuesto la decisión final de inversión (FID). No obstante, la actualización de 2025 señala que los trabajos de optimización técnica comienzan a reflejarse en un menor costo por barril.
El nuevo plan se apoya en tres ejes: eficiencia de capital, integración operativa con Dos Bocas y una secuencia de ejecución que prioriza paquetes críticos como plataformas, pozos y conexiones onshore. La FID permanece pendiente, sujeta a la conclusión de contratos, permisos y garantías, en un entorno marcado por presiones logísticas y exigencias regulatorias en materia ambiental y de contenido nacional.