La Asociación de Ingenieros Petroleros de México (AIPM) celebró su 67 aniversario con una jornada que combinó memoria institucional, balance técnico y una hoja de ruta para los desafíos del gremio.
Con la presencia de presidentes de las 10 delegaciones y de asociaciones hermanas, el reconoció la historia, los logros y las aportaciones de más de seis décadas. El evento fue presidido por el ingeniero Edmundo Herrero Coronado, presidente nacional de la AIPM; el ingeniero Ángel Cid Munguía, director general de Exploración y Extracción de Petróleos Mexicanos; el ingeniero Mauricio Sastre Ortiz, vicepresidente nacional; y el ingeniero Edgar Antonio Mesa Pérez, coordinador nacional de eventos. El ingeniero Cid destacó que siempre “es un honor estar con la oportunidad de representar a Petróleos Mexicanos y a las asociaciones”.
Origen, identidad y congresos: el andamiaje gremial
Ser ingeniero petrolero en los años 50 implicaba operar sin infraestructura adecuada, con seguridad limitada y caminos precarios que obligaban a estancias prolongadas en campo. En ese contexto, el ingeniero Eduardo Cervera del Castillo impulsó la creación de una agrupación que reuniera a profesionales de diversas áreas para acelerar el desarrollo técnico de la industria. Entre el 3 y el 5 de abril de 1958 se redactaron los estatutos y, el 24 de abril de 1958, en la ex capilla del Palacio de Minería, se celebró la Asamblea Nacional Constitutiva. La primera mesa directiva fue presidida por el ingeniero Alfonso Barnetche González.
La consolidación nacional llegó con la organización en delegaciones regionales (1961–1962), las jornadas técnicas y la fundación de la revista Ingeniería Petrolera. En 1959, la AIPM conmemoró su primer aniversario con una asamblea que daría origen a los congresos anuales. Desde 1963, la sede comenzó a rotar entre las 10 delegaciones, antecedente directo del Congreso Mexicano del Petróleo (CMP). En 1971, durante el noveno Congreso Nacional en Tampico, el ingeniero Ángel Castrejón Núñez acuñó el lema “fraternidad y superación”, síntesis de la identidad gremial que hasta hoy guía a la asociación.
Aportaciones medulares: conocimiento, redes, política pública y ética
Durante su conferencia magistral, el ingeniero Ángel Cid ordenó las contribuciones de las asociaciones en cuatro rubros: desarrollo profesional y técnico; creación de redes y eventos; asesoría y políticas públicas; y reconocimiento y ética. En el primer rubro, la AIPM destaca por su revista y por el sistema de trabajos técnicos y excursiones especializadas, además de la revisión de planes de estudio en universidades. Mientras, en el segundo, el CMP y las jornadas técnicas se han convertido en plataformas de referencia. En el tercero, la participación en procesos normativos —incluida la reforma energética— y el puente permanente entre academia, industria y gobierno. Mientras en el cuarto, el Premio Nacional de Ingeniería y los reconocimientos a trayectorias ejemplares sostienen la cultura profesional.
Afiliación y pertenencia: el reto cuantitativo y cualitativo
Los datos de membresía exponen un desafío. Actualmente, hay espacio para atraer entre 11,000 y 12,000 profesionales a la asociación. El pipeline académico tampoco está vacío —egresan del orden de 1,000 nuevos profesionales por año—, por lo que la tarea es convertir formación en pertenencia sostenida, con estrategias de atracción (sentido de comunidad), retención (visibilidad gremial, bibliotecas y acervos digitales, educación continua, certificación) y comunidad (eventos técnicos y sociales que integren a las familias).
Modernización y oferta de valor: digitalización con propósito
La AIPM y sus asociaciones hermanas enfrentan tres ejes de evolución: fortalecer la comunidad gremial, modernizar la oferta de valor y adaptarse a la transición energética. En modernización, el mapa contempla transformación digital (plataformas de gestión y comunicación, cursos virtuales, aplicaciones gremiales), gestión basada en datos (tableros, métricas y minería de datos con inteligencia artificial), eficiencia organizacional (asistentes virtuales, gestión estandarizada de eventos, actas y votaciones electrónicas, pagos y suscripciones en línea) y posicionamiento estratégico (representación global y alianzas con centros de investigación). El objetivo es claro: procesos más ágiles, servicios más útiles y una propuesta diferenciada para estudiantes, jóvenes profesionistas y cuadros sénior.
Transición energética: papel protagónico del gremio
La transición no excluye a los hidrocarburos; redefine su rol y exige eficiencia, innovación y sustentabilidad. El ingeniero Cid lo planteó como un itinerario de oportunidades: economía circular (aprovechamiento de agua de formación con potencial de litio y uso de yacimientos para captura de CO₂ y almacenamiento de gas), integración energética híbrida (generación distribuida, parques eólicos marinos, hidrógeno verde para operaciones), y eficiencia e investigación ambiental (aprovechamiento total del gas y tratamiento de aguas). El reto es traducir estas líneas en proyectos, estándares técnicos y capital humano preparado para escenarios operativos mixtos fósil–renovable.
Liderazgo institucional: la voz técnica y ética
El mensaje del ingeniero Edmundo Herrero sintetizó el tono institucional de la jornada: la AIPM es una casa común del conocimiento, capaz de convocar, evaluar y difundir rigor técnico. El ingeniero Ángel Cid con mensaje firme: “Necesitamos gremios profesionales sólidos”. A lo largo de 67 años la infraestructura gremial ha evolucionado desde sedes modestas hasta espacios modernos para el desarrollo de actividades académicas y de vinculación.