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Perspectivas y retos para la industria eléctrica

Perspectivas de la industria eléctrica mexicana

Perspectivas, retos y oportunidades para la industria eléctrica mexicana

Por: Marcos Ávalos

El 23 y 24 de septiembre se llevó a cabo el seminario virtual de CANAME “Perspectivas, retos y oportunidades para la industria eléctrica mexicana”. A propósito de mi intervención, ocuparé este espacio para hablar sobre mi participación.

Primero que nada, nuevamente me gustaría agradecer a Hugo Gómez, Presidente de la CANAME, por considerarme por segunda ocasión para inaugurar el evento; así como a Francisco Cervantes, Presidente de la CONCAMIN. En esta ocasión me tocó compartir la inauguración con Sergio Saldaña, responsable de la atención de los asuntos de competencia de la Subsecretaría de Electricidad de la Secretaría de Energía. 

Además de reconocer la pertinencia del diálogo entre los actores de la industria, aproveché esta intervención para comentar sobre los impactos que ha ocasionado la propagación del COVID-19 en la industria energética. La caída en la producción y demanda han generado efectos directos en las cadenas de valor en el sector energético a nivel global y nacional. Por ejemplo, la Agencia Internacional de Energía estimó que la demanda mundial de energía se contraerá en 6% en 2020. Esta contracción del consumo energético también es un proxy para estimar la caída de la industria productiva. Por ende, el pronóstico de recuperación no parece ser alentador. 

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En el segundo trimestre del año, México presentó una disminución del PIB de -18.7% respecto al mismo trimestre del año anterior, la mayor baja del PIB en su historia. En cuanto a la inversión, registró una caída de -34% en ese mismo periodo. Tan sólo en abril, el Inegi estimó la pérdida de 12 millones de trabajos formales e informales. Además, la OCDE estima que el PIB de México caerá -10.2% en 2020. Esperemos que ya haya pasado lo peor. 

Entonces, considerando este escenario, aproveché para mencionar que la pandemia no sólo tuvo un duro impacto en la caída de la industria proveedora de bienes y servicios de diferentes países; sino que habría que ver cómo esto representa una oportunidad para impulsar una estrategia de colaboración y recuperación regional. 

Con la pandemia se ha revalorizado la importancia de los mecanismos para acortar distancias. Es posible verlo tanto en las herramientas de comunicación —cada vez más presentes en nuestras actividades—; como en los beneficios de poseer una cadena de valor cercana a los centros de operación. Es decir, el cierre de fronteras que tuvo como consecuencia la suspensión y el rompimiento de las cadenas de producción nos ayuda a repensar en la relevancia que tiene una cadena de proveeduría local y regional fuerte. 

Para esto es necesaria una estrategia que identifique y promueva a las empresas nacionales proveedoras que podrían ocupar el espacio que dejaron las grandes cadenas globales. Igualmente, se precisa pensar en una estrategia de diversificación y transversalización de actividades. 

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En ese sentido, para nosotros es una noticia alentadora anunciar la próxima publicación de las Estrategias para el Fomento Industrial de Cadenas Productivas para la Industria Hidrocarburos y la Industria Eléctrica. Estos documentos contienen líneas de acción específicas; que, alineadas con el decálogo de la nueva Política Industrial, serán implementadas desde la Secretaría de Economía a través de la Unidad de Contenido Nacional. 

Como bien recordarán, el decálogo considera como eje prioritario alentar el crecimiento de las pymes; y el contenido nacional para la producción de bienes y servicios que demanda el gobierno. Asimismo, contempla incentivar los proyectos industriales en las regiones más rezagadas del país; que en ocasiones son coincidentes con las actividades petroleras y de generación de energía eléctrica. 

Los documentos de las estrategias contendrán siete capítulos que van desde el diagnóstico de la industria, mapeo de actores involucrados e identificación de la demanda potencial; hasta la caracterización de la oferta actual y líneas de acción específicas que consideran los programas de apoyo y de colaboración existentes.

Su realización ha sido un esfuerzo no sólo de identificación y sistematización de información, sino de análisis profundo sobre los elementos más importantes a considerar en la definición de las estrategias. También nos ha ayudado a identificar ciertos aspectos susceptibles de mejora tanto por parte del gobierno como ente regulado; como de las Empresas Productivas del Estado y de nuestras pequeñas y medianas empresas locales. 

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En ese sentido, dentro de estas estrategias está considerado priorizar la atención hacia las pequeñas y medianas empresas y articular una estrategia para la publicación; transparencia y sistematización de información sobre la demanda esperada de Pemex y CFE. También contempla desarrollar capacidades de la industria nacional a través de la alineación de esfuerzos entre los actores reguladores; promover la innovación de su cultura organizacional a través de la inversión en innovación productiva, tecnología y de recursos humanos; así como incentivar la coordinación, el apoyo y la colaboración de pymes mediante la formación clústeres regionales de la industria. 

Entonces, así como está considerada la política de contenido nacional de la industria de hidrocarburos -como elemento determinante para el fomento de la cadena de proveeduría-, será la de la industria eléctrica. La Ley de la Industria Eléctrica establece que la UCN tiene la obligación de emitir una metodología para medir el contenido nacional para las actividades de la industria; por lo que será necesario emitir todo el andamiaje regulatorio que implica 1) la medición de contenido nacional; 2) la recepción de la información, y 3) su respectiva verificación. Para tal efecto, empezaremos a trabajar tan pronto como publiquemos las estrategias. 

El propósito no sólo es brindar certeza y transparencia en las acciones del sector en este rubro específico, sino aumentar las oportunidades derivadas de una política de contenido nacional responsable. Con esta nueva generación de regulaciones y la publicación de estrategias queremos fortalecer nuestras empresas proveedoras de bienes y servicios en toda la cadena de valor de la industria eléctrica; incrementar la productividad y competitividad, y promover el crecimiento del mercado interno. Finalmente, así como lo mencioné en mi intervención, lo menciono ahora: nada de esto será posible sin esfuerzos; e inversión tanto del sector público como del privado. 

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